Estados Unidos y Reino Unido anunciaron la implementación de una tercera serie de sanciones contra el grupo militante palestino Hamás. Estas medidas buscan frenar la financiación iraní destinada al grupo y a uno de sus aliados, la Jihad Islámica Palestina, luego de su ataque sorpresa el mes pasado contra Israel.
La secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, dijo en un comunicado que los dos países están tratando de “negar a Hamás la capacidad de recaudar y utilizar fondos para llevar a cabo sus atrocidades”.
"Las acciones de Hamás han causado un sufrimiento inmenso y han demostrado que el terrorismo no ocurre de forma aislada", dijo Yellen. "Junto con nuestros socios, estamos tomando medidas decisivas para degradar la infraestructura financiera de Hamas, aislarlos de la financiación externa y bloquear los nuevos canales de financiación que buscan financiar sus actos atroces", agregó.
Las sanciones congelan cualquier activo estadounidense en poder de funcionarios de Hamás y prohíben a los estadounidenses realizar cualquier negocio con ellos.
El secretario de Estado, Antony Blinken, afirmó, por su parte, que las sanciones tienen como objetivo proteger el sistema financiero internacional “de los abusos de Hamás y sus facilitadores”.
Según Israel, los combatientes de Hamás mataron a 1.200 personas dentro del Estado judío en el ataque del mes pasado y capturaron a unos 240 rehenes, de los cuales sólo cuatro han sido liberados. Israel ha respondido con ataques aéreos que, según las autoridades médicas de Hamás, han matado a más de 11.000 palestinos, incluidos miles de mujeres y niños.
Hamás ha sido designado grupo terrorista por Israel, Estados Unidos, la Unión Europea, Reino Unido y otros.
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