Otros 1,3 millones de trabajadores estadounidenses solicitaron compensación por desempleo la semana pasada, reportó el Departamento del Trabajo el jueves, mientras las economías más grandes del mundo afrontan un repunte en los casos de coronavirus.
Esta fue la semana decimoséptima en que el número de solicitudes de compensación por desempleo se redujo, pero solo por 10.000 casos en la semana que terminó el 11 de junio, en relación a la semana anterior. El punto más alto de solicitudes en una sola semana, de 6.9 millones, se produjo en marzo, pero el promedio seminal del último mes, de 1.4 millones de solicitudes sigue siendo históricamente alto.
En total, el gobierno informó que unos 17,3 millones de trabajadores siguen desempleados aún cuando millones de otros trabajadores han regresado a sus empleos. Un total de 51 millones de trabajadores han recibido beneficios en algún momento de los últimos cuatro meses.
Las cifras de solicitudes de beneficios por desempleo han sido altísimas desde marzo, fácilmente superando el total semanal de 695.000 en una semana en 1982, lo cual había sido lo más alto hasta que la pandemia del coronavirus empezó a azotar a Estados Unidos.
Millones de desempleados han regresado a trabajar, pero los que aún siguen sin empleos están afrontando nuevas dificultades económicas, especialmente con el pago del gobierno federal de 600 dólares semanales en aquellos estados que tienen programas de desempleo menos generosos, por vencerse a finales de julio. Adicionalmente, expertos económicos dicen que los empleadores han recortado millones de plazas de sus planillas, dejando a los que una vez estuvieron contratados sin nada a qué regresar, o han cerrado sus negocios por completo.
La Casa Blanca y el Congreso están considerando qué asistencia adicional, si alguna, podría darse a los trabajadores desempleados por parte del gobierno federal, pero no se espera ninguna decisión sino hasta finales de julio. Alguna forma de estímulo adicional a la economía es considerado posible, sin embargo, el dinero podría ser canalizado a negocios, o gobiernos locales y estatales, en lugar de directamente a los contribuyentes o los desempleados.
Beneficios federales por desempleo menos cuantiosos, como 200 o 400 dólares, adicionales a la ayuda estatal, son posibles, pero no seguros.
El presidente Donald Trump ha dicho que respalda otra ronda de pagos de estímulo por 1.200 dólares para la mayoría de los contribuyentes, a pesar de que algunos de sus colegas republicanos han expresado preocupación por el constante crecimiento de la deuda gubernamental que ahora asciende a unos 26 billones de dólares. Algunos legisladores han abogado por pagos de incentivo a los que regresan a trabajar, algunos de los cuales han recibido más en beneficios por desempleo que lo que ganaban en sus empleos anteriores.
La hija del presidente Trump, la asesora de la Casa Blanca, Ivanka Trump, tuvo consejos esta semana para los desempleados cuyos trabajos desaparecieron durante la pandemia: “Encuentren algo diferente”.
Su recomendación fue parte de una nueva iniciativa del gobierno que busca resaltar los beneficios de entrenamientos técnicos y otras actividades que no requieren de una educación universitaria.
Los críticos de la administración Trump en las redes sociales inmediatamente ridiculizaron la propuesta de Ivanka como “despistada”, considerando que el país afronta un incesante repunte de nuevos casos de coronavirus y una recesión económica debido a la pandemia.
Muchas compañías estadounidenses de renombre se están atrincherando.
United Airlines dijo que está despidiendo a más de una tercera parte de sus 95.000 empleados. Brooks Brothers, fabricante de una línea de ropa de alta gama que abrió en 1818, se declaró en bancarrota. La cadena de tiendas Bed Bath and Beyond dijo que cerrará 200 de sus tiendas.
Algunos funcionarios de la Reserva Federal han expresado temor de que la recuperación económica esté vacilando. Pero el presidente Trump, que enfrenta una dura contienda electoral ante el ex vicepresidente demócrata, Joe Biden, se mantiene optimista.
“Yo construí la mejor economía que jamás hayamos tenido”, dijo hace algunos días, “Y ahora lo estamos haciendo de nuevo”.
El Departamento de Comercio reportó el jueves que las ventas minoristas aumentaron 7,5 por ciento en junio después de una marcada alza en mayo dándole a los estadounidenses más dinero para gastar. Pero el temor al repunte del coronavirus podría afectar una mejoría en los próximos meses.
Estados Unidos está actualmente registrando unos 60.000 nuevos casos diarios de coronavirus. El líder estadounidense los ha llamado 99 por ciento “totalmente inofensivos”, aunque muchos de ellos han necesitado ser hospitalizados.
La franja sur de estados norteamericanos que se había escapado del impacto inicial de la pandemia, ahora ha sido golpeada especialmente duro. Sus gobernadores autorizaron la reapertura de los negocios, muy temprano, admiten algunos ahora, y los jóvenes empezaron a socializar en lugares públicos como bares y restaurantes sin acatar las recomendaciones de usar mascarillas o mantener un distanciamiento social de por lo menos dos metros.
Ahora algunos gobernadores estatales están ordenando nuevamente el cierre de negocios. El banco de inversiones Goldman Sachs dijo que 70 por ciento del país ha revertido sus planes de apertura o los han pospuesto.
Funcionarios económicos claves de Estados Unidos están pronosticando que la recuperación total del país tomará un largo tiempo, posiblemente hasta mediados o finales del 2021.
El Buró de Estadísticas Laborales ha dicho que la tasa de empleo en el país mejoró a 11,1 por ciento en junio, comparada con la cifra de mayo de 13,3 por ciento. Pero la cifra de junio fue calculada a mediados de junio, antes del repunte del coronavirus.
La Reserva Federal ha pronosticado que el desempleo caerá a 9,3 por ciento a finales de este año y a 6,5 por ciento a finales del 2021, una proyección más colorida que la que algunos economistas manejan.
El saldo de muertes por el coronavirus en Estados Unidos ha superado los 137.000, por mucho el más alto en todo el mundo, y expertos en salud predicen que decenas de miles morirán en los próximos meses.