El Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP en inglés) confiscó el miércoles 360 píldoras “de tratamientos no autorizados contra la influenza”, que se comercializan para tratar la COVID-19.
En un reporte, este jueves, la Aduana de Estados Unidos informó que la acción tuvo lugar en la ciudad de Seattle, estado de Washington, en el noroccidente del país.
La CBP insiste en que en su papel como ejecutores de las regulaciones de Aduanas e Inmigración, se encargan de velar “porque se cumplan activamente más de 400 leyes y regulaciones para 40 agencias gubernamentales”.
El cerco parece estar bastante cerrado para quienes evaden los procedimientos legales, pues –argumenta la aduana estadounidense- se trata de un trabajo conjunto con la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA en inglés).
La FDA “intenta prevenir tratamientos médicos no autorizados”, que –asegura el despacho- “pueden engañar a los consumidores al afirmar falsamente que tratan o previenen enfermedades o que, de hecho, pueden dañar al consumidor”.
"Mostramos vigilancia en el cumplimiento de nuestra misión de proteger al público estadounidense, ya sean armas terroristas o medicamentos peligrosos", dijo el director de puerto del área de Seattle, Clay Thomas.
Finalmente, la CBP dijo que continúa trabajando "para permitir el comercio legítimo, contribuir a la prosperidad económica estadounidense y proteger contra los riesgos para la salud y la seguridad pública”.