La Administración del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, desplegó el lunes el arsenal de sus promesas de campaña en materia de política inmigratoria.
En una sucesión de comunicados el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) anunció que comenzará a reunificar a familias separadas en la frontera, hizo publicas las cifras de reubicación y procesos de menores no acompañados que permanecen en albergues y reveló que ha aumentado a 62.500 el cupo de refugiados, una cuota llevada a su mínimo histórico por su antecesor republicano Donald Trump.
Las cifras publicadas por el DHS informan que en la actualidad quedan 667 menores en manos de las autoridades de Control de la Patrulla Fronteriza (CBP) en comparación con los 5.767 que levantaron las alarmas en marzo pasado.
Entre otros datos, el DHS informó que lo que fue tomado como una “crisis” ha quedado en una reducción del 88% de la cifra de los niños sin la compañía de adultos desde el 28 de marzo.
En entrevista con la Voz de América, el experto en política migratoria Diego Íñiguez-López, jefe de Políticas y Campañas de National Partnership for New Americans, recibió la noticia con sumo interés y sostuvo que esto “demuestra que ahora [el Gobierno] puede hacer más cosas que son necesarias para realmente tratar a los niños de una manera humana”, lo que incluye, según su experiencia que los menores tengan representación legal.
Además, de las acciones del lunes, asegura el experto, podrán beneficiarse también con protección de asilo las mujeres, sobrevivientes de violencia doméstica”, por motivos de género.
Entre las tareas emprendidas por la Administración Biden, el DHS citó que más de 350 trabajadores sociales han sido entrenados y movilizados para ayudar en las tareas de reubicación de los menores, en coordinación con el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS).
Desaprobación de la gestión
También el lunes, el Pew Research Center, un centro especializado en encuestas de estudios sociales con sede en Washington DC, ofreció los resultados de un sondeo que ha puesto de manifiesto la inconformidad de “la mayoría de los estadounidenses” con la forma en que el presidente Biden está manejando la situación en la frontera sur.
“Aproximadamente dos tercios de los adultos estadounidenses (68%) dicen que el gobierno está haciendo un trabajo muy malo (33%) o relativamente malo (35%) al lidiar con el aumento del número de personas que buscan asilo en la frontera sur del país, mientras que menos de la mitad (29%) dice que está haciendo un trabajo muy bueno o algo bueno”, señala el estudio.
Biden prometió desde que llegó a la Casa Blanca que desmontaría el andamiaje de las restricciones que la política de Trump impuso a la inmigración, asegurando que la suya sería más “humana”.
La encuesta del Pew Research Center notifica que el 79% de los demócratas consultados expresa que “es muy o algo importante aumentar la ayuda a los países centroamericanos, de donde provienen muchos solicitantes de asilo” y que se conoce como el Triángulo Norte, en tanto solo el 40% de los republicanos coincide con ello.
EE. UU. receptor mundial
Otro de los anuncios de Biden el lunes fue el esperado aumento en el número de refugiados, cuyas cifras bajaron de los 125.000 de manera regular en tiempos pasados a solo 15.000 con la revisión que hiciera Trump del Programa de Admisión de Refugiados de Estados Unidos.
En argumentación, Biden emitió un comunicado publicado por la Casa Blanca en el que ha mostrado su voluntad de elevar a 62.500 la recepción de refugiados procedentes de diferentes latitudes. De ese número, 5.000 plazas estarían reservadas para personas procedentes de Latinoamérica y el Caribe.
El Programa de Admisión de Refugiados de Estados Unidos, a diferencia de la concesión de asilo, se diferencia en que los solicitantes son examinados y aprobados en sus países y no en las puertas de EE. UU. como ocurre en la frontera sur.
Biden alertó que quizás “no se alcance la cifra de 62.500 admisiones” para el presente año fiscal, sino para el venidero 2022.
De todos modos, Íñiguez-López, al referirse al proceso de reunificación que comenzará esta semana, dijo que no solo se trata de una cuestión “humana”, sino que “es consistente con las promesas de campaña de Biden y la (ahora) vicepresidenta [Kamala] Harris”.
El anuncio del aumento del número de refugiados a aceptar, dijo Íñiguez-López, demuestra que EE. UU. está tomando el liderazgo que ha tenido por muchos años, y “esto tiene el efecto de que otros países sean más proclives a recibir refugiados (…) hay una crisis mundial de refugiados y necesitamos el liderazgo de Estados Unidos”, concluyó.
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