Como en 2016, también en 2020 las encuestas se equivocaron el día de las elecciones. Según los sondeos, se pensaba que Biden debía ganar fácilmente y los demócratas tendrían muy buen desempeño en el Congreso. A continuación, analizamos lo que parece haber sucedido.
Mirando las encuestas, el día antes de las elecciones, el escenario parecía claro: Joe Biden ganaría ampliamente frente a Donald Trump, el Senado pasaría a manos demócratas y en la Cámara de Representantes aumentaría el número de escaños azules.
Sin embargo, ya desde la noche del 3 de noviembre, la situación fue bastante diferente. Biden salió perdedor en varios estados cruciales, como Florida, Iowa y Maine, a pesar de liderar en sus encuestas estatales. Los demócratas perdieron varios escaños en la Cámara Baja y el destino de la Cámara Alta se decidirá con segundas vueltas en dos contiendas en Georgia, el próximo 5 de enero.
Fue evidente que, como en 2016, las encuestas se equivocaron otra vez, a pesar de los esfuerzos realizados para incluir a la mayoría de personas y corregir los errores del pasado.
“En esta época, los republicanos en EE.UU. parecía que era menos probable que participaran en encuestas, que los demócratas. Podríamos haber hablado con suficientes republicanos, pero los que estaban dispuestos a ser entrevistados podrían no haber sido muy representativos de los republicanos", explicó Courtney Kennedy, del Pew Research Center.
Kennedy, directora de las investigaciones de encuestas del Pew Research Center, subraya que los errores fueron más grandes a nivel estatal que nacional, donde Biden al final ganó, según proyecciones, por más de cinco millones de votos, y logró 306 votos del Colegio Electoral, obteniendo algunos estados fundamentales, como Pensilvania.
El hecho, según los expertos, fue desestimar el rendimiento de los republicanos, en primer lugar, y del presidente durante la campaña, mientras muchas encuestas sobrevaloraron la ventaja de los demócratas.
“Entre los republicanos con los que hablamos, la gente que dijo que votó por Donald Trump en 2016, había un poco más de gente ahí cambiando y diciéndonos que votarían por Biden. Basado en las elecciones, me pregunto si esto fue realmente cierto”, sopesa Kennedy.
Es una opinión común que también el COVID-19 ha podido tener un impacto en las encuestas, siendo un factor totalmente nuevo e impredecible y, al final, es verdad que a menudo el margen de error no fue tan amplio entre las encuestas y la realidad.
De hecho, Kennedy cree que es demasiado temprano para tener el cuadro completo de la situación y que los encuestadores necesitarán meses para entender realmente qué no funcionó y qué hacer para lograr mejores encuestas en futuras elecciones.