La embajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas, Linda Thomas-Greenfield, reafirmó al Congreso el miércoles que está enfocada en monitorear y frenar la “maligna influencia” de China en el organismo global.
"China ha sido agresiva y coercitiva en usar su poder en Naciones Unidas”, dijo la embajadora al Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara Baja y añadió que Beijing promueve “un enfoque autoritario al multilateralismo”.
Thomas-Greenfield señaló una serie de acciones, entre ellas la influencia en tres organizaciones técnicas de la ONU donde hay ciudadanos chinos a cargo, y el uso de la diplomacia de vacunas contra COVID-19 por Beijing para presionar a las naciones más pobres.
"Estaremos contrarrestando duro esos esfuerzos”, prometió.
La embajadora alentó a los legisladores a invertir en Naciones Unidos para restaurar la influencia de Estados Unidos que se redujo durante la administración Trump.
"Nuestros adversarios y competidores están invirtiendo en Naciones Unidas. No podemos aspirar a competir si no lo hacemos también”, agregó.
Más de 40 legisladores hicieron preguntas a la diplomática por más de cuatro horas durante una audiencia sobre las prioridades de la administración Biden para interactuar con la ONU. Muchos expresaron preocupación sobre la persecución de China a la minoría musulmana uigur en la provincia autónoma de Xinjiang.
El representante Michael McCaul preguntó a Thomas-Greenfield si ella estaba de acuerdo con el comité en que el gobierno chino está cometiendo un genocidio y crímenes contra la humanidad con los uigures.
"Sí”, dijo. “Se está cometiendo genocidio contra los uigures en Xinjiang. Hemos denunciado eso”.
Los legisladores plantearon también la influencia de China en la Organización Mundial de la Salud, OMS, que hizo fallar a esa entidad en su deber de advertir al mundo la gravedad de la pandemia de COVID-19.
La embajadora dejó en claro que la administración Biden respalda una investigación “robusta y transparente” sobre los orígenes de la pandemia, y en el caso de la OMS, dijo que se creó un comité independiente encabezado por la expresidenta de Liberia Ellen Johnson-Sirleaf y la exprimera ministra de Nueva Zelanda Helen Clark para hacer una revisión de la respuesta de la OMS.
"Confío en sus habilidades para llegar hasta el fondo de esto y sé que están trabajando duro. Sus reputaciones están en juego y esperamos ver resultados”, declaró.
La representante Mark Green preguntó si Taiwán debe participar en la ONU. China ha usado por muchos años su influencia para impedir su reconocimiento.
“Nosotros respaldamos a Taiwán. Queremos ver a Taiwán reconocido por la democracia extraordinaria que es”, dijo Thomas-Greenfield.
Añadió que Estados Unidos continúa haciendo esfuerzos en la ONU por la participación de Taiwán en programas que no requieren ser un estado miembro, como la reciente Asamblea Mundial de Salud, pero han fallado.
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