El cierre permanente de rutas de autobuses, la reducción de la fuerza laboral y el miedo al contagio de COVID-19 están arruinando este servicio de transporte crucial para la sociedad estadounidense, dijo a la Voz de América Peter Pantuso, presidente de “La Asociación Americana de Autobuses” (ABA por sus siglas en inglés)
“La industria se ha visto devastada, probablemente estamos operando al 10% de la capacidad en todo el país y estamos viendo que muchas pequeñas empresas potencialmente quebrarán en los próximos meses”.
El líder de “ABA” destacó que en el país hay alrededor de 13.000 compañías que se dedican a prestar este servicio.
“Tenemos alrededor de 100.000 empleados y alrededor de 85.000 de esos empleados están sin trabajo en este momento”, señaló.
Las ramificaciones de esta crisis también la sentirán los millones de personas que dependen de los autobuses, afirmó el experto.
“Movemos, casi 600 millones de pasajeros al año, casi tantos como las aerolíneas, y son personas que dependen del transporte en autobús para llegar a las ciudades, para llegar de la América rural a un centro urbano”.
Pantuso destacó que el apoyo del Congreso será fundamental para la supervivencia de este sector.
“Todos somos parte de la red de transporte y las aerolíneas han obtenido una cantidad sustancial de dinero en los dos estímulos, al igual que Amtrak (trenes), pero no en esta industria. Poca ayuda en el último estímulo, mucho menos de lo que esta industria necesita como un puente para mantenerse viva”, añadió.
Según el Centro de Investigaciones Pew, entre los grupos demográficos que más utilizan los autobuses están los hispanos, con un 27%, ya que tienden a vivir lejos de sus lugares de trabajo y cuentan con menos recursos para adquirir un automóvil particular.