No hay una conclusión científica sobre las afecciones a las que habrían estado sometidos algunos diplomáticos estadounidenses en Cuba. Cinco años después el secretario de Estado, Antony Blinken, les ha prometido a los funcionarios de la cartera de Exteriores seguir trabajando por desentrañar estos “ataques sónicos” o “síndrome de La Habana”, como también se le conoce.
Las declaraciones fueron obtenidas por ABC News que tuvo acceso a una comunicación interna enviada por la máxima autoridad diplomática de EE. UU. a los funcionarios de ese departamento.
"Aquellos de ustedes que han sido afectados directamente buscan claridad con urgencia. Los empleados que van al extranjero están ansiosos por saber si ellos o sus familias están en riesgo. Eso es completamente comprensible, y me gustaría tener más respuestas para ustedes", señala la nota.
Los hechos han sido fijados entre finales de 2016 y principios de 2017, cuando miembros de la legación estadunidense en La Habana reportaron haber sentido ruidos intensos que les provocaron nauseas, dolores de cabeza y dificultades para ver y escuchar.
En septiembre de 2017 el gobierno del entonces presidente republicano Donald Trump, ordenó la retirada de la casi totalidad de los funcionarios.
El gobierno cubano, negó cualquier participación en los hechos y ordenó investigar lo ocurrido.
"Podemos y haremos un mejor trabajo manteniéndolos informados de nuestros esfuerzos para obtener respuestas, apoyar a los afectados y proteger a nuestra gente", indicó Blinken.
El Departamento de Defensa y la CIA han emprendido investigaciones independientes, colocando al frente de las mismas a experimentados oficiales y prometiendo ofrecer el correspondiente esclarecimiento de los hechos.
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