Un fiscal federal que ha encarcelado a algunos de los mayores delincuentes de Venezuela renunciará a su puesto, según ha podido saber la agencia AP, lo cual dejará un vacío que podría frenar los esfuerzos de Estados Unidos para exponer la actividad criminal en la nación sudamericana.
Michael Nadler dejará su cargo como fiscal para pasar a la práctica privada el próximo mes en la firma Stumphauzer & Sloman de Miami, dijo una persona familiarizada con la decisión, que insistió en hablar bajo condición de anonimato porque aún no era pública.
Nadler, de 48 años, ha acusado a varios ministros del gobierno en disputa de Nicolás Maduro, y a empresarios y banqueros suizos como parte de un esfuerzo sostenido de los investigadores del Distrito Sur de la Florida para recuperar parte de los 300.000 millones de dólares que se estima han sido robados del país en dos décadas de gobierno socialista.
Gran parte de esa riqueza supuestamente ilegal ha ido a parar al floreciente mercado de las viviendas de lujo en Miami. Esto ha indignado a los residentes latinos de la ciudad, muchos de ellos exiliados venezolanos y cubanos, para quienes la postura del gobierno del presidente Donald Trump de exponer la corrupción en el ejecutivo de Maduro es un atractivo importante en el indeciso estado de cara a las presidenciales de noviembre.
“Podría haber un suspiro colectivo de alivio en Venezuela por parte de aquellos a los que ha señalado”, dijo Michael Díaz, un abogado de Miami que ha litigado contra Nadler en representación de sus clientes venezolanos. “Seguramente algunos brindarán por su prematura marcha”.
En 2018, Nadler aseguró el que hasta la fecha es el mayor juicio contra un informante venezolano, cuando Alejandro Andrade, extesorero nacional, se declaró culpable por su papel en una conspiración con divisas que desvió cientos de millones de las arcas estatales.
Como parte de su acuerdo, Andrade entregó al gobierno de Estados Unidos 1.000 millones de dólares en efectivo y bienes, incluyendo una mansión frente al mar en Palm Beach, autos de lujo, caballos de salto y varios relojes Rolex y Hublot. Actualmente, cumple una pena de 10 años de cárcel.
Nadler dejará abierto un caso políticamente delicado. En junio logró el arresto en Cabo Verde del empresario colombiano Alex Saab cuando el presunto testaferro de Maduro viajaba a Irán.
En un golpe a dos bandas, la Casa Blanca sancionó a Saab el año pasado en el mismo día en que Nadler lo acusaba de lavado de dinero en relación con una supuesta trama de sobornos para desarrollar viviendas públicas para el gobierno de Caracas que nunca llegaron a edificarse.
La extradición de Saab sigue pendiente y contra ella lucha un equipo de abogados entre los que está el juez español Baltasar Garzón, conocido por acusar al fallecido dictador chileno Augusto Pinochet.
El gobierno de Maduro señaló que el empresario, que también tiene pasaporte venezolano, estaba en una “misión humanitaria” a Irán para comprar alimentos y suministros médicos.
Venezuela está considerada la nación más corrupta de América Latina, y está empatada con Sudán, Afganistán y Guinea Ecuatorial como la séptima de 180, según la clasificación anual de Transparencia Internacional.