El miércoles por la tarde, casi 24 horas después de que cerraran los centros de votación en Georgia, se confirmó que Jon Ossoff ocuparía una silla en el Senado de Estados Unidos, otorgando así una mayoría demócrata en la Cámara Alta, algo que no pasaba desde hacía 10 años.
De esta manera se abre una nueva etapa en la política estadounidense. El Ejecutivo, la Cámara de Representantes y el Senado tendrán el mismo color político: el azul del Partido Demócrata. El entonces candidato Joe Biden, ahora ratificado como presidente electo para ocupar la Casa Blanca a partir del 20 de enero, presentó varias propuestas para América Latina, que pasaban por abordar la crisis en Venezuela “con todos los actores políticos implicados” o la seguridad y el narcotráfico en Centroamérica, otra de las grandes preocupaciones de la nueva administración.
“Vuelve la moderación en ambos partidos”
Patricio Navia, profesor de Estudios Liberales en la Universidad de Nueva York, señaló en una entrevista con la Voz de América que esa “es una buena noticia para el presidente electo Biden, pero también para los (legisladores) moderados”, en tanto que “el balance de poder en el gobierno estadounidense” va a requerir la negociación con las partes más moderadas de ambos partidos para impulsar proyectos.
Según él, eso permitirá el diálogo entre los grupos moderados de ambos partidos para sacar adelante la agenda que tiene prevista Joe Biden para los próximos cuatros, un programa que también atiende las necesidades que hay en la región sur del continente americano.
El caso de Venezuela
En ese sentido, el profesor Navia considera que “Biden tiene una gran oportunidad para impulsar políticas constructivas hacia América Latina con resultados”.
Uno de los temas más importantes en la región es la crisis política, económica y humanitaria que hay en Venezuela y que ha obligado a más de 5 millones de personas a abandonar el país en los últimos tiempos.
Considera además este experto que las medidas impuestas por Donald Trump, basadas en sanciones y amenazas, no han dado el resultado esperado. Joe Biden, que se desconoce si cuando llegue a la Casa Blanca reconocerá a Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela, mostró su intención de sentar en una mesa de negociación a todos los actores implicados en la causa venezolana, entre los que participarían miembros del gobierno del Palacio de Miraflores como de la oposición.
“Trump hablaba a la galería pero no producía muchos resultados, Biden tiene la oportunidad, precisamente porque hay apoyo moderado, de tener algunos avances concretos en Venezuela”, dijo.
Reticencias entre el ala republicana más conservadora
Una opción que no acaba de agradar al ala más dura del partido republicano, considera que “Biden está respaldado por la izquierda más radical” de América Latina y que sus propuestas no van a tener ningún efecto.
“El presidente electo Joe Biden tiene que seguir con la misma política que se ha llevado hasta ahora en Venezuela, Cuba y Nicaragua porque hay que seguir presionando para sacar a Nicolás Maduro del poder e invalidarlo para siempre como presidente”, dijo Mariela Giménez, miembro del Partido Republicano en el sur de la Florida e impulsora del grupo Latinos for Trump.
Navia, sin embargo, recuerda que “lo importante no es derrocar a Maduro sino que Venezuela tenga una transición democrática”, algo que se puede lograr en esta legislatura teniendo en cuenta que ambas Cámaras se han teñido de azul.
La seguridad en Centroamérica
La administración de Donald Trump había forjado alianzas con algunos países de Centroamérica, como El Salvador, para abordar los problemas de seguridad que habían incrementado en los últimos tiempos, en parte por la aparición de nuevas pandillas y los grupos de narcotraficantes. Un escenario que, según el Departamento de Estado, supone “una gran amenaza para la seguridad y la estabilidad del hemisferio occidental”.
A su vez, durante sus cuatro años de gobierno, Trump mantuvo una fuerte oposición a la inmigración, y llegó a recortar drásticamente más de 500 millones de dólares en ayudas a El Salvador, Guatemala y Honduras después de que “miles de ciudadanos” de esos países solicitaran asilo político en la frontera de Estados Unidos y México.
Varios expertos apuntan a que las estrategias de Joe Biden van a ser “mucho más multilateralistas”, una teoría que también comparte el profesor Navia.
“En América Central sí que hay un foco en fortalecer las instituciones y, probablemente, el efecto va a ser positivo para esos países y también para que los gobiernos (de Centroamérica) tengan que rendir cuentas de sus acciones”, explicó el experto consultado por la VOA.
En los últimos años también se ha registrado un aumento de migrantes de esa zona del continente hacia Estados Unidos, huyendo principalmente de la inseguridad que se vive en la región. La administración de Joe Biden ya dijo que su intención es evitar que se produzcan esas caravanas migrantes y que su objetivo es impulsar mejores políticas para combatir la corrupción y la inseguridad, con tal de lograr que la gente no se vea obligada a abandonar sus países de origen.
“El costo de emigrar es grandísimo y la gente se muere. La solución no es construir un muro más alto, sino que la calidad de vida en sus países sea algo mejor, de tal forma que la gente no arriesgue su vida para irse de esos países”, afirmó.
