Los remanentes del huracán Laura desataron el jueves fuertes lluvias y tornados a cientos de millas dentro del territorio estadounidense dejando un rastro de muerte y edificios destruidos a lo largo de la costa del Golfo de México, y los meteorólogos advirtieron que un giro al este convertiría de nuevo a la tormenta en una inminente amenaza, esta vez para la costa este del país, más densamente poblada.
Los fuertes vientos derribaron árboles e interrumpieron el servicio eléctrico en una zona tan al norte como Arkansas, donde se hallaban centrados los remanentes de la tormenta que ha cobrado la vida de al menos seis personas en Estados Unidos. El otrora temible huracán Categoría 4 con vientos de 241,5 kilómetros por hora (150 mph) se debilitó a depresión al llegar la noche.
Nuevas advertencias de tornado fueron emitidas por la noche en Mississippi y Arkansas, horas después de que uno de los huracanes más fuertes que hayan azotado Estados Unidos cruzara a toda velocidad por Luisiana el jueves.
De acuerdo con los reportes, un tornado arrancó el techo de una iglesia en la región rural del noreste de Arkansas al tiempo que los remanentes del huracán Laura cruzaban el estado. No hubo informes de lesionados y el sistema pegó fuerte después de causar estragos en la costa de Luisiana en el Golfo cerca de la frontera con Texas.
Una evaluación más detallada de los daños podría llevar días. Para entonces, la tormenta podría recuperar energía y amenazar a varios estados del noreste para el domingo, de acuerdo con los meteorólogos.
A pesar del desplome de edificios, vecindarios enteros en ruinas y cerca de 900.000 hogares y negocios sin electricidad a lo largo de la costa, prevaleció una sensación de alivio porque Laura no fue la aniquiladora amenaza que los meteorólogos habían temido.
“Resulta claro que no vivimos y sufrimos el daño absoluto y catastrófico que creímos posible”, afirmó el gobernador de Luisiana, John Bel Edwards. “Pero hemos recibido una tremenda cantidad de daño”.
El gobernador llamó a Laura el huracán más fuerte que haya azotado Luisiana, lo que significa que superó incluso a Katrina, que era una tormenta de Categoría 3 al momento de tocar tierra en 2005.
Los vientos del huracán alcanzaron una velocidad de hasta 241 km/h (150 mph), lo que lo convierte en uno de los sistemas más fuertes de los que se tenga registro en Estados Unidos. No fue hasta 11 horas después de que tocara tierra que Laura finalmente perdió su estatus de huracán tras inundar el norte al norte y dejar daños en Arkansas, e incluso hasta la noche del jueves. Se mantuvo como una tormenta tropical con vientos de 65 km/h (40 mph).
Laura fue la séptima tormenta nombrada en golpear Estados Unidos en el presente año, estableciendo un nuevo récord para recaladas estadounidenses para finales de agosto.