NUEVA JERSEY - EE.UU. - Cuando las autoridades de varias ciudades de Estados Unidos se replantean la ansiada reapertura económica debido a los crecientes rebrotes de contagio de coronavirus, volver a un bar o entrar a un templo se vuelve a alejar del imaginario popular, pero con ello y como fórmula para sobrevivir a la pandemia, muchos vuelven a reinventarse la vida y se aferran a la fe y a la solidaridad.
Un equipo de la Voz de América fue testigo de que las iglesias están saliendo a las calles en ciudades del estado de Nueva Jersey, el segundo con la mayor cifra de enfermos y muertos por COVID-19 después de Nueva York. ¿El propósito? Entregar a las comunidades alimentos y esperanza.
“Nosotros somos la Iglesia. El edificio es solo donde nos congregamos y es una bendición estar aquí”, dijo esta semana Clarence Jones, pastor de Clayton, después de repartir alimentos en una comunidad latina de Nueva Jersey.
El coronavirus ha costado la vida a más de 15.000 habitantes de Nueva Jersey y unos 172.356 dieron positivo, según cifras del estado reportadas hasta la fecha. Para apoyar a las comunidades más impactadas por las secuelas, como el desempleo y la falta de recursos, la arzobispo Evelyn De León decidió viajar desde Connecticut.
“La mayor preocupación de nosotros es que el virus ha atacado a nuestros familiares, los templos cerrados (…) es una bendición llegar a ellos”, dijo y detrás le quedan las cajas de comida que reparten a los que más lo necesitan.
La crisis sanitaria y las medidas de cierre ordenadas para hacer frente a la pandemia ha estremecido a la economía de Estados Unidos, incluyendo el desempleo debido a los despidos masivos que ha impactado a millones de personas en todo el país. En junio, sin embargo, más estadounidenses volvieron al trabajo con la reapertura de 4,8 millones de empleos.
El Departamento de Trabajo informó el jueves que la tasa de desempleo cayó en junio a 11,1% en junio desde 13,3% en mayo, pero el mercado laboral todavía ha recuperado solo una fracción de los 22 millones de empleos perdidos en la caída de marzo a abril, provocada por la crisis de cornavirus.
En medio de este panorama, manos solidarias se levantan. El pastor Jimmy Santiago, de Nueva Jersey, por ejemplo explicó que organizaciones caritativas donan cada semana hasta 5.000 toneladas de alimentos, que distribuyen en los barrios pobres.
“A través de un alimento hay un abrazo, a través de un alimento hay una frase de aliento”, dijo Santiago a la VOA.
“La Iglesia está haciendo un buen trabajo, ayudando a otros en este momento de necesidad”, dijo Nilsa Burgos, una boricua que llevó a casa frutas, vegetales, leche y panes donados. “La pandemia se ha extendido y hemos sido afectados todos”, lamentó.