«Retiren fondos a la policía». Esta frase, pintada por activistas locales incluso en el asfalto cerca de la Casa Blanca, ha estado apareciendo en los carteles y mensajes en redes sociales en medio de las protestas contra el racismo y la violencia policial en Estados Unidos. Sin embargo, a pesar de su contundencia, no todos están de acuerdo en su significado.
La muerte de George Floyd, un hombre afroaestadounidense en custodia de la policía, ha hecho que la idea de disminuir los fondos de los departamentos de policía e incluso abolir la institución tome fuerza entre jóvenes, activistas e, incluso, algunos líderes políticos.
Sin embargo, ¿qué quieren decir exactamente los activistas y manifestantes cuando piden retirar fondos a las fuerzas del orden público?. Las respuestas varían según a quién se le pregunte.
¿Abolir la policía?
Para algunos, como Henoss Taddesse, organizador de Black Youth Project D.C. , retirar fondos significa exactamente eso.
“Un objetivo a largo plazo de retirar fondos a la policía es abolir la policía y obviamente [también] las cosas que la policía alimenta, como nuestro sistema penitenciario”, dijo Taddesse a la Voz de América.
Uno de los primeros pasos, explicó el joven activista, es quitarle el dinero a la policía e invertirlo en las comunidades, garantizando que las personas tengan acceso a alimentos, agua, vivienda, recursos de salud mental y educación.
“Si tenemos un sistema de este tipo, estaría atacando la raíz de lo que nosotros llamamos 'daño' y lo que algunos legisladores conocen como criminalidad”, explicó Taddesse.
Esta idea está basada en lo que se conoce como justicia restaurativa, un modelo alternativo de justicia que comenzó a ser teorizado a finales de los 70, que busca “responder al comportamiento delictivo balanceando las necesidades de la comunidad, de las víctimas y de los delincuentes”, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
“La realidad es que la policía no es muy buena en hacer lo que queremos que haga, que es solucionar el crimen”, explicó a la VOA Scott Hechinger, exabogado de defensa pública.
Los intentos por reformar la institución, que ganaron fuerza en 2014 —después de las protestas en Ferguson por la muerte de Michael Brown, un joven afroamericano en custodia de un oficial de policía— como el requerimiento de que los policías usen una cámara de video en todo momento o más entrenamientos, “simplemente no funcionan”, sentenció Hechinger.
Para el abogado, la mayor parte de las personas que entran en el sistema penitenciario son acusadas de crímenes causados por el abuso de sustancias estupefacientes, problemas de salud mental, pobreza y falta de hogar.
“Sería mejor para las comunidades tener una mejor salud, mejores servicios para [tratar] la adicción y la salud mental, para solventar la pobreza y dar viviendas asequibles, que los miles de millones que se dan a la policía”, señaló Hechinger.
Minneapolis, donde murió Floyd, se está moviendo en esta dirección. El domingo, el concejo municipal anunció que tiene intenciones de disolver el Departamento de Policía en su totalidad para reemplazarlo por un “modelo de seguridad pública basado en la comunidad”.
¿Disminuir el presupuesto de la policía?
En respuesta a las protestas, las alcaldías de otras ciudades, como Los Ángeles o Nueva York, han anunciado su intención de reducir los presupuestos de los departamentos de policía.
Para muchas ciudades de EE.UU., la vigilancia es la partida a la que se asigna más dinero en sus presupuestos, según contó a la VOA Clark Neily, vicepresidente de investigación sobre justicia criminal del centro de pensamiento libertario Cato Institute.
En las últimas décadas, el gasto de Estados Unidos en actividades policiales se ha disparado incluso cuando el crimen ha caído precipitadamente.
En 2017, los gobiernos estatales y locales gastaron 115.000 millones de dólares en vigilancia policial, en comparación con los 42.000 millones de dólares en 1977, según el centro de pensamiento Urban Institute.
Aunque la vigilancia representa un poco menos del 4% del gasto total, algunas ciudades gastan mucho más, y los críticos dicen que el gasto excesivo para operar y equipar los departamentos de policía ha sido a expensas de otros servicios.
La ciudad de Oakland, California, por ejemplo, gasta casi 300 millones de dólares en vigilancia policial, más que en transporte, servicios humanos y parques y recreación combinados.
¿Qué tanta acogida tienen estas propuestas?
Entre los manifestantes que se han paseado en los últimos días por la recientemente nombrada Plaza Las Vidas Negras Importan, en Washington D.C, la propuesta es vista con buenos ojos.
Para Karen Curry, una washingtoniana de 53 años, no se trata necesariamente de dejar a los departamentos de policía sin financiación, sino de destinar parte de los recursos hacia otros programas.
“Es importante que nos centremos en hacia adónde deben ir los recursos y (…) redireccionar los fondos para entrenar a la policía o un [mejor] reclutamiento para asegurarnos de que no tenemos a personas que tengan conexiones con grupos racistas”, expresó Curry a la VOA.
También están los más jóvenes, como Tiffany King, de 23 años, que opinan que redirigir los fondos de la policía hará que no se necesiten las fuerzas del orden público.
“Si financiamos cosas como la salud mental y ponemos ese dinero para elevar a los jóvenes, no necesitamos la policía, no necesitamos todas estas cárceles”, apuntó.
A pesar de su popularidad entre los manifestantes, la erradicación de la policía no goza de un amplio apoyo público. Una encuesta de YouGov realizada a 1.060 adultos estadounidenses entre en el 29 y el 30 de mayo muestra que solo el 16% de las personas está de acuerdo con la idea. La encuesta contempla un margen de error de más o menos 4,3 puntos porcentuales.
¿Qué dicen los críticos?
Hay aproximadamente 18.000 agencias federales, estatales y locales de aplicación de la ley en Estados Unidos. Para muchos estadounidenses que ven a la policía favorablemente, la idea de abolir los departamentos de policía locales es insondable.
Entre otras cosas, a muchos les preocupa que pueda causar un aumento en la delincuencia, poner en peligro vidas y reducir el valor de las propiedades.
“Creo que es una muy mala idea”, dijo a la VOA John Malcom, el vicepresidente del centro de pensamiento conservador Heritage Foundation.
“Los policías son nuestros guardianes (…). Hay pandilleros, narcotraficantes y personas perturbadas que están ahí afuera y si no hay agentes de policía para responder (…) creo que va a haber muchos problemas”, aseguró el abogado.
Para Malcom, aunque existen problemas dentro de la policía y “malos agentes”, no hay un problema de “racismo sistemático dentro de las fuerzas policiales”.
“Creo que aunque ciertamente hay agentes de policía racistas, el racismo no es un problema generalizado en las fuerzas del orden público”, aseguró.
Los sindicatos policiales también han rechazado la idea de disminuir los fondos disponibles.
En una declaración el lunes, la Asociación Internacional de Jefes de Policía (IACP, por sus siglas en inglés) lo calificó como un "enfoque equivocado y miope".
"En una profesión que ya no cuenta con fondos suficientes, los recursos no deben ser retirados de la policía, sino más bien, recursos adicionales deben ser aportados a estas áreas", señaló la IACP.
El presidente Donald Trump ha utilizado la propuesta de desmantelar los departamentos de policía para atacar al exvicepresidente Joe Biden y a los demócratas, aunque Biden se ha opuesto a la idea.
"LEY Y ORDEN, NO A QUITAR LOS FONDOS Y ABOLIR LA POLICÍA", tuiteó Trump el lunes. "¡Los demócratas radicales de izquierda se han vuelto locos!"