Cumpliendo casi medio siglo en la política, el senador demócrata Chuck Schumer está a punto de tomar el cetro como el líder de la mayoría en un Senado profundamente dividido, ubicándolo en el centro de las batallas legislativas que se darán una vez que el presidente electo Joe Biden preste juramento el 20 de enero.
Schumer, de 70 años, el primer neoyorquino y el primer judío en ocupar el cargo de líder de la mayoría en el Senado, sucederá al líder republicano de la mayoría Mitch McConnell, de Kentucky, en un momento delicado: el país está en las garras de una feroz pandemia de COVID-19, la economía está hecha jirones, y la nación se tambalea tras la violencia del miércoles pasado en el Capitolio por una turba de seguidores del presidente Donald Trump.
Efectivamente, Schumer lo más probable es que asuma el nuevo rol de liderazgo en medio de otra contenciosa lucha para sacar a Trump de la Casa Blanca, aún cuando el período del presidente republicano está por terminar.
Con un nuevo Senado controlado por los demócratas que muy probablemente no querrán destituir al presidente Trump sino hasta que el presidente electo Joe Biden haya sido juramentado el 20 de enero, la primera tarea de Schumer será diseñar una estrategia para simultáneamente confirmar al gabinete de Biden y aprobar iniciativas políticas críticas mientras se realiza el juicio para la destitución de Trump.
En una carta a sus colegas del Senado esta semana, Schumer prometió que el juicio no interferiría con la agenda del partido demócrata, la cual incluye la aprobación de un paquete de estímulo para la pandemia que proveería pagos individuales de 2.000 dólares y asistencia a los estados y ciudades.
Schumer también ha enumerado otras metas, como “audaces leyes para afrontar la crisis climática” y esfuerzos para arreglar los sistemas de salud pública y cuidado de menores, según la agencia noticiosa The Associated Press.
Biden ha exhortado a Schumer y otros líderes demócratas a aplicar un “enfoque bifurcado” al dividir los días legislativos entre el juicio de destitución y la confirmación en el Senado de los nominados a los puestos clave del gabinete.
Aunque Trump estaría fuera de la presidencia al momento en que el Senado llegue a votar sobre su destitución, Schumer, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y otros demócratas señalan que Trump quedaría inhabilitado para aspirar nuevamente a la presidencia en el 2024 si es condenado de incitar a la violencia contra el gobierno.
Incierto el calendario del traspaso en Senado
Hizo falta una improbable barrida demócrata de dos escaños en el Senado de Georgia en una elección de segunda vuelta el 5 de enero para pasar el control del Senado de los republicanos a los demócratas, y para elevar a Schumer de la minoría al más alto puesto de liderazgo.
Es actualmente imposible precisar el día específico en que Schumer tomará el control del Senado, debido a lo estrecho de la división y a las peculiaridades de la ley electoral.
La cámara del Senado estará finalmente dividida entre 50 demócratas y 50 republicanos, con la vicepresidenta Kamala Harris, rompiendo los empates con su voto a favor de los demócratas. Sin embargo, antes que eso ocurra, un reemplazo para Harris, que actualmente es senadora, y los dos senadores electos de Georgia, que ganaron una elección de segunda vuelta la semana pasada, deberán ser juramentados en sus cargos.
El reemplazo nombrado de Harris, el secretario de Estado de California, Alex Padilla, puede ocupar su escaño tan pronto Harris sea inaugurada. Pero Raphael Warnock y Jon Ossoff, los dos senadores entrantes de Georgia, podrían tener que esperar hasta al 22 de enero para asumir sus escaños, dependiendo de cuándo los funcionarios estatales certifiquen sus victorias.
Una Historia de Pragmatismo
Aunque la posición de Schumer como el líder de su Partido inevitablemente lo coloca en un punto candente, su historia en política estatal y en el Congreso de Estados Unidos durante los últimos 45 años han sido marcados por una amplia estela de pragmatismo y de disposición a alcanzar acuerdos con el bando contrario.
En particular, Schumer ha servido como un puente entre los partidos en temas relacionados a la industria de servicios financieros, uno de los más importantes sectores, si no el más importante, en la economía de su estado. Es frecuentemente criticado por miembros de su mismo partido por ser demasiado solícito con Wall Street.
Él también buscó alcanzar acuerdos bipartitos en temas contenciosos. Era miembro de “la pandilla de los 8”, un grupo de senadores que en 2013 encabezó un exitoso esfuerzo bipartito para aprobar una ley de amplia reforma de inmigración en el Senado. La legislación finalmente murió en la Cámara de Representantes.
Durante años, Schumer ha sido un confiable promotor de muchas metas políticas asociadas con el Partido Demócrata. En particular, ha sido un fuerte promotor del control de armas, expansión del acceso al seguro médico, y el derecho de las mujeres a decidir si desean hacerse un aborto.
Sin embargo, él también ha estado dispuesto a romper con su partido. En ocasiones, ha resistido los esfuerzos para aumentar los impuestos a personas que ganan considerablemente más dinero que los estadounidenses promedio, señalando que en áreas de alto costo como Nueva York, los niveles de ingreso que podrían ser considerados muy altos en otras partes, son necesarios para mantener un estilo de vida de clase media.
El fuerte respaldo de Schumer a Israel lo ha dejado en contradicciones con su propio partido en algunas ocasiones. Él votó contra el acuerdo nuclear con Irán, negociado por la administración Obama en 2015, y habló a favor de la controversial decisión del presidente Trump de mover la embajada de Estados Unidos a la disputada ciudad de Jerusalén.
Un hábil organizador político, Schumer nunca ha perdido una elección en su carrera. También encabezó el Comité de Campaña Senatorial Demócrata, encabezando el partido para retomar control del Senado en 2006 al sacar a media docena de titulares republicanos. En la siguiente elección, aún bajo el liderazgo de Schumer, el Comité de Campaña Senatorial Demócrata ayudó al partido a ganar ocho curules adicionales.
Sus habilidades como político serán plenamente probadas en el estrechamente controlado Senado, donde la regla del “filibustero” dificulta la aprobación de cualquier ley con menos de 60 votos, y donde aún medidas que pueden pasar con mayoría simple tendrán que complacer a los demócratas más conservadores del Senado.
“Schumer está limitado por el filibustero y las preferencias de sus miembros menos liberales”, dijo Kyle Kondikis, del Centro de Política de la Universidad de Virginia. “Esa lista empieza con el senador Joe Manchin, de West Virginia.
“Luce como que los cheques de estímulo por 2.000 dólares serán un tema temprano de agenda para el nuevo Congreso. ¿Podrá Schumer estructurarlo en tal forma que pueda asegurar el voto de Manchin, quien ha dicho que no ve esos cheques como una prioridad? O, si pierde a Manchin, ¿Podría encontrar otros votos republicanos? Cómo se desarrolle esto es una prueba interesante para Schumer como líder de la mayoría”.
Un hijo de Brooklyn
El ascenso de Schumer a una de las posiciones más poderosas en el país viene como la culminación de una carrera política que se desarrolló a lo largo de casi cinco décadas. Empezando como un legislador estatal en Nueva York en 1975, Schumer trabajó para escalar, pasando 18 años como miembro de la Cámara de Representantes antes de ser electo al Senado por primera vez en 1998.
Nacido en Brooklyn, New York en 1950, Schumer aún vive en el barrio de Park Slope junto a su esposa de más de 40 años, Iris Weinshall. Tienen dos hijas adultas. Schumer estudió en Harvard y en la Escuela de Derecho de Harvard, pasando el examen estatal para practicar derecho en Nueva York en 1975, aunque nunca practicó leyes.
Schumer es primo segundo de la comediante y actriz Amy Schumer.
Schumer es frecuentemente sujeto de chistes en el Capitolio por su afición a la publicidad positiva sobre su persona. El ex líder de la mayoría y nominado presidencial republicano Bob Dole dijo una vez: “el lugar más peligroso en Washington es entre Charles Schumer y una cámara de televisión”.