Este lunes comenzó en el Senado estadounidense la audiencia de confirmación del nominado del presidente Joe Biden para secretario de Justicia de Estados Unidos, Merrick Garland, quien planea decir a los senadores que tiene entre sus metas combatir la discriminación y los ataques extremistas contra el gobierno.
Garland, de 68 años, quien es actualmente juez de una corte federal de apelaciones en Washington y estuvo nominado en 2016 a la Corte Suprema, pero los republicanos del Senado se negaron a considerarlo en un año electoral, es una de las selecciones más importantes de Biden para el gabinete.
De ser confirmado por el Senado, pasaría a dirigir el Departamento de Justicia en medio de la investigación en curso a cientos de partidarios del expresidente Donald Trump, muchos de ellos con opiniones contra el gobierno, que asaltaron el Capitolio para impedir que el Congreso certificara los resultados de las elecciones presidenciales de noviembre.
También podría supervisar polémicas disputas raciales que denuncian abusos de las agencias del orden contra minorías en casos criminales que provocaron masivas manifestaciones en los últimos meses.
En comentarios escritos divulgados antes de su audiencia ante el Comité Judicial del Senado, Garland dijo que Estados Unidos “aún no tiene una justicia igualitaria”.
“Las comunidades de color y otras minorías todavía enfrentan discriminación en la vivienda, la educación, los empleos y el sistema de justicia criminal, y sufren lo peor de la pandemia, la contaminación y el cambio climático”, añadió.
Garland dice que si se convierte el fiscal general, sería “la culminación de una carrera que he dedicado a asegurar que las leyes de nuestro país sean aplicadas justa y equitativamente, y que protejan los derechos de todos los estadounidenses”.
El expresidente demócrata Barack Obama nominó a Garland para la Corte Suprema hace cinco años, pero los republicanos, que controlaban el Senado, se negaron a considerar la decisión en los meses anteriores de la elección de 2016 que ganó Trump.
La cámara controlada por los republicanos dio un giro en 2020 al aprobar con rapidez una de las nominaciones de Trump para la Corte Suprema, la jueza Amy Coney Barrett, pocos días antes de la elección de noviembre.
La administración Biden ha dado apoyo a Garland, quien es percibido como un magistrado de tendencia moderada, como un cambio fresco a la frecuente turbulencia que surgió en el Departamento de Justicia de Trump.
La nominación de Garland ha sido aplaudida por grupos de derechos civiles y organizaciones de policía, más de 150 exfuncionarios tanto republicanos como demócratas del Departamento de Justicia y 61 exjueces federales.
Dos senadores republicanos han expresado su respaldo a Garland: Lindsey Graham, de Carolina del Sur, miembro del Comité Judicial del Senado, y John Cornyn, de Texas
“Es un hombre de gran carácter, integridad y de tremenda competencia en la ley”, dijo Graham.
Garland lleva dos décadas como juez de una corte federal de apelaciones en Washington. Anteriormente, se le conoció por supervisar la investigación y enjuiciamiento de Timothy McVeigh, el hombre que detonó una bomba en el exterior de un edificio federal en Oklahoma City en 1995, que mató a 168 personas. McVeigh fue declarado culpable, condenado a muerte y ejecutado en 2001.
Ahora, Garland dice que esa experiencia le servirá en la investigación sobre el ataque al Capitolio.
“Si soy confirmado, supervisaré el enjuiciamiento de los supremacistas blancos y otros que asaltaron el Capitolio el 6 de enero, un ataque atroz que trató de interrumpir una piedra angular de nuestra democracia: la transferencia pacífica de poderes a un nuevo gobierno elegido”, dijo en sus comentarios preparados.