El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) anuncia el viernes que ha comenzado el trámite para los inmigrantes inscritos que permanecen en el campamento provisional de la ciudad de Matamoros, México con destino a Estados Unidos.
La comunicación está recogida bajo el informe "Construyendo puentes para todos los niños: recepción, atención y servicios para apoyar a los niños no acompañados en los Estados Unidos".
La agencia internacional señaló que desde el pasado miércoles iniciaron la documentación de familias aspirantes a ingresar en territorio estadounidense, en un momento clave en que la administración del presidente Joe Biden dio marcha a tras a las duras políticas de su sucesor Donald Trump respecto al recibimiento de refugiados.
Entre las peores críticas que enfrentó el presidente Trump durante su mandato fue la deportación de más de 2.000 niños en 2020, tras la decisión de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades que permitieron a las agencias migratorias suspender los procesos de asilo, temiendo la propagación del COVID-19.
“Cada año, miles de niños migrantes y solicitantes de asilo no acompañados se dirigen a Estados Unidos, muchos de los cuales huyen de la violencia y la pobreza devastadora o con la esperanza de reunirse con familiares”, dijo Sanjay Wijesekera, director de la División de Programas de UNICEF.
En el primer lote habrías unas 750 personas, indica el informe y en las gestiones están implicadas la agencia de la ONU para los refugiados, ACNUR y la Organización Mundial para las Migraciones (OIM).
Aun así, los documentados deberán esperar por la decisión de las autoridades de EE.UU., que disponen “quién ingresará y cuándo”.
"Construyendo puentes"
“Se necesita un nuevo enfoque para garantizar que los niños migrantes y solicitantes de asilo no acompañados en los Estados Unidos reciban servicios adecuados de recepción, atención y protección a largo plazo”, señala el informe de UNICEF.
El programa presentado por UNICEF consta de ocho recomendaciones que atañen a eliminar la discriminación, conseguir una mayor equidad en la atención a los menores solicitantes y continuar con el apoyo a los infantes que lo necesiten luego de los trámites de rigor.
Una de las recomendaciones expresa textualmente: “Defender el derecho de todos los niños a acceder a la protección, a buscar asilo y permanecer y reunirse con sus familiares, mientras se toman precauciones de salud pública. Esto incluye poner fin a los rechazos y las expulsiones forzadas de todos los niños sin el debido proceso”.
UNICEF recomienda también que “cada niño no acompañado reciba atención continua durante la transición a sus familias y comunidades locales”.
Con el informe presentado, la agencia asegura que está ofreciendo un estímulo para que quienes formulen las políticas públicas en EE. UU. se apoyen en la base histórica de que el país ha sido un baluarte en la recepción de personas que llegan al país y que esos mismos niveles de atención se extiendan “a los niños migrantes y solicitantes de asilo”.
El documento exhorta a los líderes políticos “a que pongan fin a la detención de niños por motivos de inmigración” y que los servicios de recepción, atención y apoyo no solo sea en EE. UU. sino en toda la región.
Otro aspecto destacado por UNICEF es que tanto la pandemia de COVID-19 como los más recientes desastres naturales ocurridos en Centroamérica ayudaron a empeorar lo vivido por los niños no acompañados.
Revés proinmigrante
El martes 23 de febrero el juez de distrito de EE.UU., Drew Tipton, emitió una medida cautelar que permite restaurar las deportaciones, lo que supone un duro revés para el programa y promesas de campaña de Biden que intentó establecer una moratoria de cien días para detener las expulsiones de inmigrantes.
“Esta orden de restricción temporal es concedida a escala nacional y prohíbe la implementación y la ejecución” de la pausa de cien días a las deportaciones”, ordenó Tipton.
El entonces presidente Donald Trump anunció en mayo de 2019 su plan en materia de inmigración que incluyó la construcción del muro fronterizo en la zona sur del país y de una extensión de más de 450 millas.
También implementó un nuevo plan de visado llamado Build America Visa y revisó de manera general las políticas estadounidenses respecto al recibimiento de inmigrantes.