La contaminación del aire en los Estados Unidos es causada de manera desproporcionada por los consumidores blancos, mientras que los afroamericanos y los hispanos son los más afectados por las emisiones, según un nuevo estudio.
En promedio, los afroamericanos están expuestos a un 56 por ciento más de contaminación por partículas finas que el consumo de bienes y servicios, según el estudio, publicado por la Academia Nacional de Ciencias. Los hispanos, en promedio, soportan una carga de 63 por ciento de exposición excesiva, indicó.
Los blancos, por otro lado, experimentan una "ventaja de contaminación", lo que significa que están expuestos a un 17 por ciento menos de contaminación de lo que es causado por su consumo.
"Lo que más me sorprendió fue la magnitud de la discrepancia", dijo Jason Hill, profesor de ingeniería de biosistemas en la Universidad de Minnesota y coautor del estudio.
El estudio es el primero en cuantificar lo que llamó "inequidad de contaminación" y rastrearlo a lo largo del tiempo.
La contaminación por partículas de materia tiene una amplia variedad de fuentes, incluidas las centrales eléctricas de carbón, la agricultura, el polvo de las carreteras y la industria. Los negros y los hispanos soportan una mayor proporción de la contaminación debido al lugar donde vive la mayoría de ellos, en comparación con el lugar donde vive la mayoría de los blancos, según el estudio, que se basó en los datos del censo.
El problema ocurre en todo el país, no solo en áreas industriales junto con las principales ciudades como Houston y Nueva York, dijo.
El estudio fue pagado en parte por una subvención de cinco años que incluía dinero de agencias federales, incluida la Agencia de Protección Ambiental, y se inició cuando Barack Obama era presidente. La administración del presidente Donald Trump ha continuado la subvención.
El estudio halló que tanto las minorías raciales como los blancos se han beneficiado de las regulaciones de aire limpio, y que la contaminación por partículas finas cae aproximadamente un 50 por ciento en promedio entre 2003 y 2015.
Los defensores de la salud pública y los ambientalistas dicen que el esfuerzo de la administración de Trump para desentrañar las regulaciones sobre las plantas de energía, la industria y los vehículos, mientras persigue una mayor perforación y minería, empeorará la contaminación del aire.