Una serie de lesiones cerebrales y otras dolencias graves de salud que afectaron a cientos de diplomáticos y funcionarios de inteligencia de Estados Unidos fueron casi con certeza obra de un adversario de EEUU, según un nuevo informe de los legisladores, que acusan a las agencias de inteligencia estadounidenses de tratar de ocultar la verdad.
Las dolencias, conocidas comúnmente como síndrome de La Habana, pero que el gobierno de EEUU llama incidentes de salud anómalos, o AHIs en inglés, fueron reportadas públicamente por primera vez entre diplomáticos y otros empleados de la embajada de EEUU en La Habana, Cuba, en 2016.
Los síntomas van desde náuseas y mareos hasta dolores de cabeza debilitantes y problemas de memoria, y se han reportado casos en Rusia, China, Polonia, Austria y Estados Unidos.
Una evaluación de inteligencia de marzo de 2023 concluyó que, a pesar de algunas sospechas iniciales, era “muy improbable” que las enfermedades que afectaban, y en algunos casos incapacitaban, al personal estadounidense hubieran sido causadas por alguno de los enemigos de Estados Unidos.
Pero el informe publicado el jueves por un subcomité de Inteligencia de la Cámara de Representantes dice que ese hallazgo no es más que un esfuerzo por “crear una conclusión políticamente aceptable”.
“Parece cada vez más probable, y el presidente está convencido, que un adversario extranjero está detrás de algunas enfermedades infecciosas graves”, señala el informe.
“La comunidad de inteligencia no ha participado voluntariamente en la supervisión del Congreso sobre este tema, a pesar del impacto que han tenido las enfermedades infecciosas graves en el personal de la comunidad”, agrega el informe.
“En cambio, la comunidad de inteligencia ha obstaculizado los esfuerzos de este subcomité por comprender las enfermedades infecciosas graves, sus causas y efectos, y cómo la comunidad de inteligencia llegó a sus conclusiones”.
El informe acusa además a la evaluación de 2023 del gobierno estadounidense de utilizar una metodología defectuosa.
Los legisladores dijeron que el nuevo informe se basa en docenas de entrevistas a exfuncionarios de inteligencia y militares, así como a expertos médicos, e incluye una revisión de miles de páginas de documentos y pruebas proporcionadas por agencias de inteligencia estadounidenses.
Mientras tanto, la Oficina del Director de Inteligencia Nacional (ODNI, por sus siglas en inglés) y la CIA, la principal agencia de espionaje del país, han refutado las conclusiones del comité.
“Esta [comunidad de inteligencia] no está de acuerdo con muchas de las conclusiones provisionales del informe”, dijo un portavoz de la ODNI a la Voz de América.
“La mayoría de las agencias de la CI (Comunidad de Inteligencia) consideran que es muy improbable que un adversario extranjero sea responsable de los AHI denunciados, y la afirmación de que estamos reteniendo información que contradice este análisis o que de otro modo arrojaría luz sobre este tema complejo es infundada”, añadió el portavoz.
La CIA también cuestionó las conclusiones del informe, al tiempo que rechazó las acusaciones de que buscaba obstaculizar a los legisladores en su investigación.
“Cualquier sugerencia de que estamos reteniendo información que arrojaría nueva luz sobre este tema complejo y difícil no podría estar más lejos de la verdad”, dijo un funcionario de la CIA a la VOA, aceptando compartir detalles bajo condición de anonimato.
“Nadie se preocupa más por entender esto que nosotros”, afirmó el funcionario. “Estos son nuestros amigos y colegas”.
“Aplicamos la mejor experiencia operativa, analítica y técnica de la agencia, y nuestro mejor personal a lo que es una de las investigaciones más grandes e intensivas en la historia de la agencia”, agregó el funcionario.
Sin embargo, a pesar de la insistencia de los funcionarios de inteligencia de EEUU en que la mayoría de los casos de síndrome de La Habana pueden explicarse por una combinación de condiciones médicas preexistentes y factores ambientales y técnicos, los expertos y las investigaciones externas han planteado dudas persistentes.
Un informe de febrero de 2022 elaborado por un panel de expertos había advertido que los síntomas centrales en un pequeño número de casos eran "claramente inusuales y no se habían informado en ninguna otra parte de la literatura médica" y sugería que algún tipo de dispositivo debía ser responsable.
"La energía electromagnética pulsada, particularmente en el rango de radiofrecuencia, explica plausiblemente las características centrales", decía el informe de 2022.
Y una investigación de abril pasado por "60 Minutes" de CBS, Der Spiegel de Alemania y The Insider, también encontró que hay razones para creer que la evaluación de inteligencia de EEUU llegó a una conclusión errónea.
Las organizaciones de noticias dijeron que una revisión de documentos de viaje y registros de teléfonos móviles, junto con testimonios de testigos presenciales y entrevistas con varios funcionarios estadounidenses y víctimas, muestra que es probable que Rusia sea la culpable.
En concreto, la investigación vinculó numerosos informes sobre el síndrome de La Habana con la presencia de miembros de la Unidad 29155 del servicio de inteligencia militar de Rusia, conocida por su papel en sabotajes y asesinatos. También encontró que los miembros de la Unidad 29155 del GRU recibieron premios y ascensos por su trabajo en armas de energía dirigida basadas en sonido o radiofrecuencia.
Pero el funcionario de la CIA que habló con la VOA volvió a rechazar la idea de que Rusia estuviera detrás de tales ataques, a pesar de las sospechas iniciales del director de la CIA.
El director William Burns "tenía sus propias suposiciones cuando se convirtió en director, tanto que incluso advirtió a sus homólogos rusos a finales de 2021", dijo el funcionario.
Pero el funcionario dijo que el trabajo de la CIA "indica que algunas de nuestras suposiciones sobre los primeros informes de AHI, incluso en La Habana y después, eran incorrectas".
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