Desde el año pasado, Estados Unidos ha lanzado una vigorosa ofensiva diplomática contra el gigante de las telecomunicaciones chino Huawei, alegando que cualquier nación que despliegue su equipo en redes inalámbricas de próxima generación le está dando a Pekín un conducto para el espionaje o algo peor.
Pero los expertos en seguridad dicen que el gobierno de Estados Unidos probablemente esté exagerando esa amenaza. Afirman que el caso no solo carece de detalles específicos, sino que además ignora el hecho de que los chinos no necesitan acceso secreto a los enrutadores de Huawei para infiltrarse en las redes globales, que ya tienen una seguridad notoriamente deficiente.
Los hackers patrocinados por el estado no han mostrado preferencia por la tecnología de un fabricante sobre otra, dicen estos expertos. Los piratas informáticos respaldados por el Kremlin, por ejemplo, explotan hábilmente los enrutadores de Internet y otros equipos de red fabricados por compañías que no son rusas.
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Si los chinos quieren interrumpir las redes globales, "lo harán independientemente del tipo de equipo que esté utilizando", dijo Jan-Peter Kleinhans, del grupo de expertos Berlin Neue Verantwortung Stiftung.
Uno de los temores más comunes de EE.UU. de que Huawei pueda instalar "puertas traseras" de software en su equipo que la inteligencia china podría usar para acceder, escuchar o interrumpir las transmisiones de datos, parece muy improbable para muchos expertos.
Priscilla Moriuchi, quien se retiró de la Agencia de Seguridad Nacional de EE.UU. en 2017, después de ejecutar sus operaciones en el Lejano Oriente, dijo que el riesgo de que las puertas traseras de Huawei sean "casi nulas debido a la posibilidad de que se descubriera", exponiendo así la complicidad de Huawei.
Moriuchi, ahora analista en la firma estadounidense de ciberseguridad Recorded Future, dijo que ella y otros empleados de la NSA tenían la tarea de buscar las puertas traseras de hardware y software de Huawei creadas por la inteligencia china, pero nunca encontraron ninguna.
Ella espera que las naciones exhiban un umbral de tolerancia al riesgo, con algunos equipos de Huawei que se excluyen de la red troncal de la red y las funciones principales, mientras que permite que se aleje más allá donde interactúan las torres celulares y los teléfonos inalámbricos.
Los aliados europeos se han mostrado reacios a adoptar una prohibición general contra Huawei, incluso cuando los funcionarios estadounidenses continúan presentando al fabricante de equipos de telecomunicaciones número 1 del mundo como poco más que un sustituto poco confiable para los servicios de inteligencia de Pekín.
El máximo diplomático de Estados Unidos para la política de ciberseguridad, Robert Strayer, dice que Huawei está obligado a cumplir con las órdenes del Partido Comunista Chino mediante una ley de inteligencia de 2017 que "obliga a sus ciudadanos y sus compañías a participar en actividades de inteligencia".
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Strayer no proporcionó detalles específicos cuando los reporteros lo presionaron el martes sobre cómo el equipo Huawei podría representar una amenaza más para la seguridad que los conmutadores, enrutadores y estaciones base inalámbricas de otros fabricantes. El diplomático habló en el Mobile World Congress, la feria comercial más grande del mundo en Barcelona, España.
Los funcionarios estadounidenses también han dicho que las redes inalámbricas de próxima generación serán más vulnerables debido a que más tráfico pasará del núcleo de la red a su borde, según un reclamo que el presidente, Anand Prasad, y el vicepresidente, Alf Zugenmaier, del comité de estándares de seguridad de la tecnología 3GPP cuestionado
La retórica estadounidense ha incluido amenazas.
El secretario de Estado de EE. UU., Mike Pompeo, sugirió la semana pasada que cualquier uso del equipo de Huawei podría poner en peligro el intercambio de inteligencia de su país e incluso podría ser una razón para ubicar bases militares en otros lugares. Es posible que los comentarios hayan sido dirigidos a aliados de la OTAN, entre ellos Polonia y la República Checa, donde Huawei ha logrado importantes avances.
Una portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU. se negó a hacer comentarios o a proporcionar funcionarios para abordar los detalles. Un portavoz del Departamento de Estado refirió a The Associated Press a un comunicado de prensa sobre las declaraciones de Strayer en Barcelona.
EE.UU. tampoco ha aportado pruebas de que China haya colocado puertas traseras de espionaje en equipos de Huawei a pesar de un informe del Congreso de 2012 que llevó al gobierno estadounidense y a los principales proveedores de servicios inalámbricos nacionales a prohibirlo ya otros fabricantes chinos de sus redes.
"El telón de fondo para esto es esencialmente el auge de China como potencia tecnológica en una variedad de dominios", dijo Paul Triolo, líder tecnológico en la consultoría de análisis de riesgo del Grupo Eurasia. Ahora, dijo, "hay una gran campaña para pintar a Huawei como un actor irresponsable".
El aliado más cercano de Washington ha adoptado un enfoque diferente ante cualquier amenaza potencial de Huawei. El Centro Nacional de Seguridad Cibernética (NCSC) de Gran Bretaña colocó hace mucho tiempo múltiples restricciones en los equipos de Huawei, incluido el rechazo en redes sensibles, señaló el director de la agencia Ciaran Martin en un discurso la semana pasada.
Al igual que los británicos, los funcionarios alemanes han indicado que rechazarán una prohibición general de Huawei 5G.
