Jerome Powell, el elegido por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para liderar la Reserva Federal, defendió la necesidad de suavizar la regulación en el sector financiero, asegurando que tras años de añadir nuevas reglas es el momento de hacer una pausa y revisar qué se ha hecho.
“Yo no califico lo que estamos haciendo como una desregulación (...) Es mirar atrás y asegurarnos de que lo que hicimos tiene sentido”, dijo Powell a la Comisión de Banca del Senado en su audiencia de confirmación para convertirse en nuevo jefe de la Fed, agregando que “no ayuda a nadie que los bancos malgasten su dinero”.
Powell indicó que, en general, quiere estar seguro de que las regulaciones están “hechas a la medida” del tamaño y el papel de las diferentes instituciones. La Fed, afirmó, no tiene que incursionar en nuevas áreas de regulación, al tiempo que aseguró que el problema de los bancos que son “demasiado grandes para caer” ya está solucionado.
Consultado sobre si hay algún banco aún dentro de esa categoría -tan grande que su colapso causaría un gran daño al sistema financiero-, respondió: “Yo diría que no”.
La discusión sobre la regulación financiera provocó los intercambios más ásperos en lo que fue, en general, una audiencia afable, ya que los demócratas preguntaron a Powell si mimaría a Wall Street, arriesgándose a repetir la crisis financiera de 2007-2009, mientras los republicanos cuestionaron si la Fed irá lo suficientemente lejos a la hora de suavizar la carga a las empresas.
Powell declinó en repetidas ocasiones responder a preguntas sobre si la reforma tributaria que se está debatiendo en el Capitolio impulsará el crecimiento económico -tal y como argumentan los republicanos- o si simplemente disparará la deuda, como aseguran los demócratas.
El impacto de la reforma tributaria en la economía perfilará la política de la Fed en los próximos años, pero “no soy un experto en qué análisis hay ahí fuera”, declaró Powell, recurriendo a una postura típica de la Fed que señala que las decisiones de impuestos y gasto son responsabilidad de los líderes electos y ajenos a la autoridad de la Fed.
Asimismo, agregó que “se están sumando” los argumentos para subir las tasas de interés en la próxima reunión de política monetaria de la Fed, que se celebrará en diciembre.
En general, Powell se presentó como una extensión de las políticas fijadas por la Fed con la presidenta actual, Janet Yellen, y su antecesor, Ben Bernanke, indicando que el banco central debería “responder decididamente” a cualquier nueva crisis económica, e insistiendo en que la institución debe mantener su independencia de la influencia política a la hora de fijar su política monetaria.
“Debemos mantener la flexibilidad para ajustar nuestras políticas en respuesta a la evolución de la economía”, dijo Powell, quien se ha desempeñado como gobernador de la Fed desde 2012, un período que abarcó el final de la presidencia de Bernanke y los cuatro años de Yellen.
“Debemos estar preparados para responder de manera decisiva y con una fuerza apropiada a nuevas e inesperadas amenazas a la estabilidad financiera y la prosperidad económica de nuestra nación”, agregó.
Reuters