El rey Juan Carlos firmó su última ley este miércoles, la de su propia abdicación, con lo que cede oficialmente el trono a su hijo, Felipe VI, luego de casi 39 años de reinado.
La ceremonia fue solemne y corta, y mañana tendrá lugar de la proclamación del nuevo monarca a la que Juan Carlos no piensa asistir para darle todo el protagonismo al nuevo rey.
La coronación estará marcada por las directrices de la "solemnidad y dignidad” junto a los criterios de austeridad por la crisis.
Vestido con uniforme de gala del Ejército de Tierra y después de que don Juan Carlos le ponga el fajín de capitán general de los Ejércitos en la Sala de Audiencias del Palacio de la Zarzuela, el nuevo monarca, junto a su esposa, Letizia, entrará al Congreso de los Diputados para dar comienzo al acto de proclamación, donde ya estarán sus dos hijas, su madre doña Sofía y su hermana mayor, la infanta Elena, entre otras personas.
“El protagonismo de la abdicación corresponde al rey don Juan Carlos, el de proclamación corresponderá al rey don Felipe", comunicó la Casa Real.
Al acto tampoco acudirá la infanta Cristina, una de las hermanas de don Felipe, al estar apartada de la actividad oficial de la familia real desde noviembre de 2011 por el caso Urdangarin, escándalo de corrupción y fraude fiscal. La infanta tampoco estará en la recepción posterior en el Palacio Real, a la que don Juan Carlos sí acudirá.
A pesar del carácter histórico del acontecimiento, que no tiene lugar en España desde el 22 de noviembre de 1975, otra de las sorpresas del acto será la ausencia del resto de casas reales europeas u otros jefes de Estado extranjeros, al no haber sido invitados para seguir con la austeridad prometida.
Además, seis partidos con representación, más o menos 40 diputados y senadores, han dicho que no asistirán tampoco a la ceremonia de proclamación, pero no por no recibir invitación sino por decisión propia. Se trata de los parlamentarios que votaron en contra de la ley de abdicación de Juan Carlos I.
A diferencia de la proclamación del rey Juan Carlos, hace 39 años, no habrá ningún elemento religioso en esta ceremonia, ni crucifijo junto al cetro y la corona, ni la misa de coronación posterior que sí tuvo el rey en 1975, época en la que España se definía como un Estado confesional.
Para respetar la aconfesionalidad actual del Estado, Felipe VI prestará juramento sobre un ejemplar de la Constitución y no sobre la Biblia, con la fórmula que aparece en la Carta Magna (artículo 61.1). Jurará "desempeñar fielmente sus funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes y respetar los derechos de los ciudadanos y de las Comunidades Autónomas".
Otra de las novedades en este día histórico será la alerta contra el cibercrimen que se ha activará para evitar que una organización criminal pueda intentar boicotear o atacar algún sistema informático de infraestructuras básicas.
Tras su proclamación, don Felipe, ya Felipe VI, dará su primer discurso como Rey de España. Acto seguido, él y la reina Letizia presidirán un desfile militar y recorrerán las calles de Madrid hasta llegar al Palacio Real. Una vez allí, saludarán a los ciudadanos desde el balcón, el mismo desde el que saludaron a los madrileños el día de su boda hace 10 años. En ese momento, don Juan Carlos ya estará presente, junto a doña Sofía, doña Leonor, Princesa de Asturias, y la Infanta Sofía.
Finalmente, la ceremonia se convertirá en privada, ofreciendo en el Salón del Trono del Palacio Real la primera recepción y saludo oficial de los nuevos monarcas, con 2.000 invitados institucionales y representantes de la sociedad civil.
La ceremonia fue solemne y corta, y mañana tendrá lugar de la proclamación del nuevo monarca a la que Juan Carlos no piensa asistir para darle todo el protagonismo al nuevo rey.
La coronación estará marcada por las directrices de la "solemnidad y dignidad” junto a los criterios de austeridad por la crisis.
Vestido con uniforme de gala del Ejército de Tierra y después de que don Juan Carlos le ponga el fajín de capitán general de los Ejércitos en la Sala de Audiencias del Palacio de la Zarzuela, el nuevo monarca, junto a su esposa, Letizia, entrará al Congreso de los Diputados para dar comienzo al acto de proclamación, donde ya estarán sus dos hijas, su madre doña Sofía y su hermana mayor, la infanta Elena, entre otras personas.
“El protagonismo de la abdicación corresponde al rey don Juan Carlos, el de proclamación corresponderá al rey don Felipe", comunicó la Casa Real.
Al acto tampoco acudirá la infanta Cristina, una de las hermanas de don Felipe, al estar apartada de la actividad oficial de la familia real desde noviembre de 2011 por el caso Urdangarin, escándalo de corrupción y fraude fiscal. La infanta tampoco estará en la recepción posterior en el Palacio Real, a la que don Juan Carlos sí acudirá.
A pesar del carácter histórico del acontecimiento, que no tiene lugar en España desde el 22 de noviembre de 1975, otra de las sorpresas del acto será la ausencia del resto de casas reales europeas u otros jefes de Estado extranjeros, al no haber sido invitados para seguir con la austeridad prometida.
Además, seis partidos con representación, más o menos 40 diputados y senadores, han dicho que no asistirán tampoco a la ceremonia de proclamación, pero no por no recibir invitación sino por decisión propia. Se trata de los parlamentarios que votaron en contra de la ley de abdicación de Juan Carlos I.
A diferencia de la proclamación del rey Juan Carlos, hace 39 años, no habrá ningún elemento religioso en esta ceremonia, ni crucifijo junto al cetro y la corona, ni la misa de coronación posterior que sí tuvo el rey en 1975, época en la que España se definía como un Estado confesional.
Para respetar la aconfesionalidad actual del Estado, Felipe VI prestará juramento sobre un ejemplar de la Constitución y no sobre la Biblia, con la fórmula que aparece en la Carta Magna (artículo 61.1). Jurará "desempeñar fielmente sus funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes y respetar los derechos de los ciudadanos y de las Comunidades Autónomas".
Otra de las novedades en este día histórico será la alerta contra el cibercrimen que se ha activará para evitar que una organización criminal pueda intentar boicotear o atacar algún sistema informático de infraestructuras básicas.
Tras su proclamación, don Felipe, ya Felipe VI, dará su primer discurso como Rey de España. Acto seguido, él y la reina Letizia presidirán un desfile militar y recorrerán las calles de Madrid hasta llegar al Palacio Real. Una vez allí, saludarán a los ciudadanos desde el balcón, el mismo desde el que saludaron a los madrileños el día de su boda hace 10 años. En ese momento, don Juan Carlos ya estará presente, junto a doña Sofía, doña Leonor, Princesa de Asturias, y la Infanta Sofía.
Finalmente, la ceremonia se convertirá en privada, ofreciendo en el Salón del Trono del Palacio Real la primera recepción y saludo oficial de los nuevos monarcas, con 2.000 invitados institucionales y representantes de la sociedad civil.