Nueve funcionarios de la FIFA y cinco ejecutivos corporativos fueron acusados este miércoles de corrupción y “organización mafiosa” en una corte federal de Brooklyn, en Nueva York.
Los acusados en la patraña FIFA
Los acusados en la patraña FIFA
Jeffrey Web: Actual vicepresidente de la FIFA y miembro del comité ejecutivo, presidente de CONCACAF, miembro del comité ejecutivo de la Unión Caribeña de Fútbol y presidente de la Federación de las islas Caimán.
Eduardo Li: miembro electo del comité ejecutivo de FIFA, miembro ejecutivo de CONCACAF y presidente de la Federación Costarricense de Fútbol.
Julio Rocha: Actual oficial de desarrollo de FIFA. Expresidente de la Unión Centroamericana de Fútbol (UNCAF) y presidente de la Federación Nicaragüense de Fútbol.
Costas Takkas: Actual asistente al presidente de CONCACAF, ex secretario general de la CIFA.
Jack Warner: Ex vicepresidente de FIFA y miembro del comité ejecutivo, presidente de CONCACAF, presidente de la CFU y asesor especial de la Federación de Fútbol de Trinidad y Tobago.
Eugenio Figueredo: Actual vicepresidente de FIFA y miembro de su comité ejecutivo. Expresidente de CONMEBOL y presidente de la Federación Uruguaya de Fútbol.
Rafael Esquivel: Actual miembro del comité ejecutivo de CONMEBOL y presidente de la Federación Venezolana de Fútbol.
José María Marín: Actual miembro del comité organizar de la FIFA para los torneos de fútbol olímpicos. Expresidente de la Federación Brasileña de Fútbol.
Nicolás Leoz: Ex miembro del comité ejecutivo de FIFA y presidente de CONMEBOL.
Otros cuatro acusados son:
Alejandro Burzaco: principal ejecutivo de Torneos y Competencias S.A., una empresa de marketing basada en Argentina.
Aaron Davidson: Presidente de Traffic Sports USA Inc. (Traffic USA).
Hugo y Mariano Jinkis: Principales ejecutivos de Full Play Group S.A., empresa de marketing deportivo basada en Argentina.
La acusación incluye 27 cargos entre los que se cuenta fraude, estafa y lavado de dinero, entre otros delitos, en conexión con la supuesta participación de los acusados en una trama que se extendió durante 24 años, desde el principio de la década de los 90 hasta la fecha.
Siete de los acusados fueron detenidos en Zúrich por las autoridades suizas a pedido de Estados Unidos. Los funcionarios habían llegado a Suiza para participar en la elección del presidente de la FIFA dentro de dos días, en la cual el actual presidente del organismo rector del fútbol mundial, Joseph Blatter, busca su quinto mandato.
Los capturados fueron los vicepresidentes de FIFA, Jeffrey Web (Islas Caimán) y el uruguayo Eugenio Figueredo; el costarricense Eduardo Li; el nicaragüense Julio Rocha; Costas Takkas, un asesor del presidente de la Confederación del Norte, Caribe y Centroamérica (CONCACAF); el presidente de la Federación Venezolana de Fútbol, Rafael Esquivel; y el brasileño, José María Marín.
Los cargos fueron anunciados por la Fiscal General estadounidense, Loretta E. Lynch y el director del FBI, James B. Comey, entre otros funcionarios.
“La acusación indica que la corrupción es rampante, sistemática y enraizada tanto en el exterior como aquí en Estados Unidos”, dijo Lynch.
“Abarca al menos dos generaciones de funcionarios de FIFA quienes, presuntamente, han abusado de sus posiciones de confianza para adquirir millones de dólares en sobornos y pagos bajo la mesa”, agregó.
También fueron abiertas en la corte la aceptación de culpabilidad de otros cuatro individuos y dos ejecutivos, incluyendo la de Charles Blazer, exrepresentante de Estados Unidos ante el Comité Ejecutivo de la FIFA y ex presidente de la CONCACAF durante muchos años.
Blazer aceptó haber recibido millones de dólares en comisiones por mercadeo y no pagar impuestos. Ha sido un testigo del FBI desde que dejo la FIFA en 2013.
Entre los acusados también hay ejecutivos de firmas de marketing deportivo quienes presuntamente pagaron o acordaron pagar más de $150 millones de dólares en sobornos para obtener lucrativos derechos de transmisiones y comercialización en los torneos internacionales de fútbol.
La Oficina Federal de Justicia (OFJ) de Suiza también sospecha que hubo irregularidades en la designación de los países sedes de la Copa Mundial FIFA 2018 y 2022, que fueron otorgadas a Rusia y Qatar respectivamente.
De hecho, el caso se deriva de la derrota de la candidatura de Estados Unidos para el mundial de 2022 y el posterior rompimiento de relaciones entre Warner y Blazer, entonces presidente y gerente de CONCACAF, lo que llevó a una investigación del IRS.
Blatter, a menudo señalado como sospechoso de corrupción, no es incluido entre los acusados.
En un comunicado colgado en su página web, la FIFA dice estar complacida "de ver que la investigación está siendo realizada de manera expedita para el bien del fútbol y creemos que ayudará a reforzar las medidas que FIFA ya tiene en efecto".