México sufrió para ganarse el boleto a la gran final de la Copa de Oro de la CONCACAF. Estados Unidos pasó la prueba sin despeinarse.
La selección de fútbol mexicana se llevó tremenda sorpresa al enfrentar a Costa Rica en las semifinales que se jugaron en el estadio Soldier Field de Chicago, ante más de 50 mil aficionados.
Costa Rica se adueñó de la pelota en los primeros minutos del encuentro y tuvo las mejores posibilidades del partido. Pero sus jugadores entraron con la pólvora mojada.
En el primer minuto un disparo del tico Andy Herrón parecía que se filtraba en el marco rival, pero apareció la pierna salvadora de Efraín Juárez, para salvar a la tricolor. Diez minutos más tarde fue Armando Alonso quien estrelló la pelota en la escuadra superior de la meta defendida por Guillermo Ochoa, pero la suerte ya estaba echada.
Durante el resto del partido los dirigidos por Javier Aguirre tuvieron un par de jugadas claras con Giovani dos Santos y un penalti fallado por Miguel Sabah, que el arquero tico paró sin problemas.
Al minuto 88 la suerte le echó una mano al equipo azteca cuando Guillermo Franco adelantó a su equipo en el marcador. México gritaba su victoria, la gente empezó a abandonar el estadio e incluso Aguirre, dejó su puesto en el palco y emprendió camino a la sala de conferencia. Pero faltaba otro milagro.
En el minuto 93 de tiempo corrido, Froylán Ledezma hizo correr a Aguirre de nuevo a su butaca, con un gol que enmudeció a los hinchas del “Tri” que ya se acostumbran a sufrir con cada partido de su selección.
Las cosas estaban parejas una vez más. El tiempo extra fue sólo trámite y los penales resolverían el enredo.
Ledezma, pasó de héroe a villano al lanzar un disparo sin potencia que adivinó fácilmente el arquero azteca Guillermo Ochoa. México no falló en sus cinco oportunidades y ahora espera recuperarse a tiempo para jugar la final ante Estados Unidos, que superó a Honduras 2-0.
La final soñada será este próximo domingo en el en el Giants Stadium de Nueva York.