La Quinta Cumbre de las Américas terminó con signos de poca organización aunque con un reconocimiento generalizado de que ha sido de ayuda para iniciar una nueva era en las relaciones entre Estados Unidos y América Latina.
Los temas de debate como democracia, desarrollo y gobernabilidad, se vieron reforzados por otros de más mayor impacto actualmente como energía sostenible.
A pesar de ello, la crisis económica fue del interés de la mayoría de participantes.
El primer ministro Patrick Manning, anfitrión del encuentro, fue el primero e único en firmar la Declaración de Compromisos de Trinidad y Tobago en una sala del Centro Diplomático ya que no se quiso mostrar cuáles de los presidentes no firmaban.
Tampoco presenciaron la ceremonia de clausura la mayoría de los 34 presidente del continente, en la cual Manning admitió la dificultad de llegar a un consenso entre toda esa cantidad de gobernantes.
Una vez concluida la cumbre, la declaración seguía siendo un documento fuera del alcance del público.
"La situación económica global fue diferente de la situación que emergió luego y atrajo la atención de los gobernantes en Puerto España", dijo Manning.
La cumbre mostró signo de desorganización como horarios incumplidos y actividades caóticas.
Presidentes como Barack Obama, de Estados Unidos, se abstuvieron de posar para la segunda foto oficial de la cumbre al llegar hasta el estrado, saludar con el brazo en alto y retirarse.
Otros directamente ni aparecieron.