Florida ordenó oficialmente este sábado el recuento de más de 8 millones de votos en elección de gobernador y senador, según informó el secretario del estado Ken Detzner.
El candidato republicano a la gobernación, quien llevaba la ventaja por 34.000 votos (0.41%), Ron DeSantis, se volverá a enfrentar al alcalde demócrata de Tallahassee, Andrew Gillum.
El gobernador republicano saliente Rick Scott, quien habría conseguido el puesto en el Senado por 12.500 votos (0.15%), también tendrá que contarse con el demócrata Bill Nelson.
Igualmente se ordenó recontar la elección por el puesto de comisionado de agricultura, donde el demócrata Nikki Fried le llevaría una ventaja de 5,326 votos (0.06%) al republicano Matt Caldwell.
Todos estos número entran en los márgenes en los que ley ordena un recuento de los votos. Las máquinas ahora recontarán y los resultados deberán estar el próximo jueves a las 3:00 p.m. Si después la diferencia continúa entre 0.25% o menos, se ordenará un recuento manual.
Después de el anuncio, el alcalde Gillum aseguró que reemplaza "sus palabras de concesión con un llamado sin compromiso y sin disculpas de contar cada uno de los votos", agregando que aceptará el resultado del recuento.
En el caso de Nelson, en un comunicado oficial, el candidato demócrata asegura que "tenemos todas las expectativas que el recuento va ser completo y justo y continuará tomando acciones para asegurar que cada voto cuenta sin interferencia o esfuerzo para socavar el proceso democrático"
Aseguro que crees que cuando cada boleta legalmente emitida sea contada, "vamos a ganar estas elecciones".
DeSantis no ha dicho mucho sobre el recuento y durante la semana ha elegido a su equipo de transición y se ha preparado para asumir el cargo en enero.
Además de las demandas presentadas esta semana por Scott contra supervisores electorales demócratas de dos condados, tampoco se ha pronunciado por el recuento de votos.
Esta semana, el presidente Donald Trump se pronunció sobre la elecciones en Florida y acusó de corrupción a funcionarios electorales -sin aportar pruebas- en dos condados del estado. Asimismo, anunció el envío de abogados al condado de Broward, de gran peso demócrata.
Las acusaciones de corrupción y demandas en Florida recuerdan las elecciones presidenciales de 2000, cuando el ganador de la Casa Blanca estuvo sin definirse durante semanas, hasta que la Corte Suprema detuvo el recuento en el estado y dio como ganador el republicano George W. Bush.