El Fondo Monetario Internacional (FMI) instó a los países industrializados y a las naciones en desarrollo a eliminar los subsidios energéticos, que según un estudio desalientan la inversión privada y ayudan más a los consumidores ricos que a los pobres.
De acuerdo con un estudio realizado por el FMI y que abarcó 179 países, esos subsidios cuestan a los gobiernos $1 billón 900 mil millones de dólares y de ser eliminados además de favorecerse a las personas de menos ingresos las emisiones de dióxido de carbono se reducirían 13 por ciento.
En declaraciones a periodistas, Carlo Cottarelli, director de asuntos fiscales del FMI, dijo que los subsidios a la energía son cuantiosos y dañinos. “Conducen a un consumo excesivo, absorben recursos públicos que podrían ser usados de modo más útil (…) y benefician más a los ricos que a los pobres”, indicó.
El estudio recomienda subir paulatinamente el precio de la energía con medidas paralelas para proteger a los más pobres e identifica a EE.UU. como el país que más subsidia la energía, con un estimado de $502 mil millones de dólares en 2011, seguido por China y Rusia.
Además advierte que el tema debe ser objeto de preocupación no sólo para las economías emergentes, y señala a modo de ejemplo de lo que está sucediendo a países como Ucrania y Pakistán, que reportaron haber invertido más en subsidios que en la salud pública y la educación.
El FMI sostiene que los subsidios pueden dar como resultado menores ingresos para los productores de energía y generar incluso incentivos para el contrabando.
De acuerdo con un estudio realizado por el FMI y que abarcó 179 países, esos subsidios cuestan a los gobiernos $1 billón 900 mil millones de dólares y de ser eliminados además de favorecerse a las personas de menos ingresos las emisiones de dióxido de carbono se reducirían 13 por ciento.
En declaraciones a periodistas, Carlo Cottarelli, director de asuntos fiscales del FMI, dijo que los subsidios a la energía son cuantiosos y dañinos. “Conducen a un consumo excesivo, absorben recursos públicos que podrían ser usados de modo más útil (…) y benefician más a los ricos que a los pobres”, indicó.
El estudio recomienda subir paulatinamente el precio de la energía con medidas paralelas para proteger a los más pobres e identifica a EE.UU. como el país que más subsidia la energía, con un estimado de $502 mil millones de dólares en 2011, seguido por China y Rusia.
Además advierte que el tema debe ser objeto de preocupación no sólo para las economías emergentes, y señala a modo de ejemplo de lo que está sucediendo a países como Ucrania y Pakistán, que reportaron haber invertido más en subsidios que en la salud pública y la educación.
El FMI sostiene que los subsidios pueden dar como resultado menores ingresos para los productores de energía y generar incluso incentivos para el contrabando.