El adolescente acusado de abrir fuego en una secundaria de Georgia negó haber hecho amenazas previas al ser interrogado por la policía el año pasado cuando se investigaban publicaciones en línea que amenazaban con un tiroteo en la escuela.
Al final, los investigadores no tuvieron pruebas suficientes para su arresto, de acuerdo con un informe obtenido el jueves.
El sospechoso de 14 años ha sido acusado como adulto por el tiroteo del miércoles en las afueras de Atlanta que mató a cuatro personas e hirió a nueve. Está acusado de usar un fusil de asalto para matar a dos estudiantes y dos profesores en el pasillo afuera de su salón de álgebra.
El mismo adolescente fue entrevistado en mayo de 2023 por un investigador de la policía del cercano condado Jackson, quien recibió un aviso del FBI de que el menor, que entonces tenía 13 años, “posiblemente había amenazado con disparar en una escuela secundaria mañana”.
El aviso llegó al FBI de parte de personas en Australia y California que estaban preocupadas por los comentarios hechos por un usuario de un grupo de chat en la plataforma de redes sociales Discord, según un informe de la policía del condado Jackson obtenido por The Associated Press.
Se le preguntó al adolescente sobre la amenaza y le dijo a un investigador policial que “él nunca diría tal cosa, ni siquiera en broma”, según el informe.
El investigador instó al padre del menor a mantener sus armas de fuego bajo llave y le pidió que mantuviera a su hijo alejado de la escuela “hasta que este asunto pudiera resolverse”, según el informe. El último día del chico antes de las vacaciones de verano fue unos días antes de esa conversación.
El ataque del jueves fue el más reciente de docenas de tiroteos en escuelas en Estados Unidos en los últimos años, entre ellos los especialmente mortales en Newtown, Connecticut; Parkland, Florida; y Uvalde, Texas.
Los asesinatos en las aulas han desencadenado debates fervientes sobre el control de armas de fuego y han puesto nerviosos a los padres cuyos hijos crecen acostumbrados a simulacros de ataques. Pero ha habido pocos cambios en las leyes federales sobre armas de fuego.
Las clases fueron suspendidas el jueves en la escuela secundaria Apalachee, aunque algunas personas acudieron a depositar flores alrededor del asta de la bandera y a ofrecer sus condolencias arrodillándose en el césped con la cabeza inclinada.
Entre ellas se encontraba Linda Carter, que vive cerca. Aunque no tiene hijos que asistan a esa escuela, Carter dijo que el incidente la dejó alterada y dolida.
“Estoy molesta, lloro constantemente”, dijo Carter. “Estos niños no deberían haber perdido la vida. Estos padres, estos adultos, estos maestros no deberían haber perdido la vida ayer”.
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