“King” no revela su nombre real. Incluso los clientes de su quiosco en Sao Paulo tienen que llamarlo por su apodo.
El brasileño, adicto a las apuestas deportivas en línea, decidió adoptar la presencia más discreta posible después de que un prestamista amenazó con volarle la cabeza de un tiro si no pagaba.
Sin dinero y avergonzado, King buscó tratamiento y apoyo a principios de este año.
“Alguna vez fui adicto a las máquinas tragamonedas, pero luego las apuestas deportivas eran tan fáciles que cambié. Me dejaba llevar todo el tiempo”, le dijo a The Associated Press.
La historia de King es la de muchos brasileños vulnerables en los últimos años. El país se ha convertido en el tercer mercado más grande del mundo para las apuestas deportivas, después de Estados Unidos y el Reino Unido, según un informe emitido el año pasado por la compañía de análisis de datos Comscore.
Pero a diferencia de esos países, la publicidad y el patrocinio desenfrenados se han combinado con un mercado sin regulación. El gobierno ahora —tardíamente, según algunos— está esforzándose por controlar la epidemia.
Una noche reciente, la sesión del grupo de Jugadores Anónimos al que pertenece King tuvo lugar en un aula improvisada dentro de una iglesia, con café y galletas para mantener a todos despiertos. Había varios mensajes de apoyo garabateados en la pizarra.
Uno se ha vuelto ubicuo en Brasil y más allá: “Solo por hoy evitaré la primera apuesta”.
Los ludópatas, todos cristianos, comenzaron a rezar una plegaria y la reunión comenzó.
King relató que sus problemas financieros surgieron de su adicción a las apuestas deportivas en línea, principalmente en el fútbol.
“Extraño la adrenalina cuando no apuesto”, dijo antes de la reunión. “He logrado detenerme por un par de meses, pero sé que, si lo hago una vez más, incluso una pequeña apuesta, todo volverá”.
Adicción impulsada por la pandemia
La pandemia de COVID-19 fue un factor clave para que los brasileños adoptaran las apuestas deportivas. King dijo que apostaba casi todos sus ingresos durante ese tiempo. Se enganchó con la publicidad constante en televisión, radio y redes sociales, así como el patrocinio en las camisetas de los clubes locales de fútbol. Pidió préstamos bancarios para pagar sus deudas de juego y, después, para cubrir éstos, acudió al prestamista.
Su deuda total ahora asciende a 85.000 reales (15.000 dólares) —una cifra imposible de pagar con su ingreso mensual de 8.000 reales.
Salir de la deuda en Brasil es especialmente desalentador con sus tasas de interés exorbitantes. Los préstamos de los bancos brasileños podrían agregar un interés de casi el 8% por mes a la suma prestada, y la tasa con los prestamistas podría ser aún mayor.
Cuatro sesiones de Jugadores Anónimos a las que asistió la AP en octubre incluyeron discusiones sobre dificultades para pagar deudas, una situación que ha obligado a los miembros de clase trabajadora a posponer pagos de vivienda y cancelar vacaciones familiares.
Algunos miembros de familias brasileñas empobrecidas han usado dinero de los programas de bienestar social para apostar en lugar de pagar alimentos y vivienda, sugieren datos oficiales.
En agosto, los beneficiarios del programa insignia de Brasil, Bolsa Familia, gastaron 3.000 millones de reales (530 millones de dólares) en apuestas deportivas, según un informe del banco central. La cifra constituye más del 20% del desembolso total del programa en el mes.
Problemas relacionados con el juego
Las apuestas deportivas se legalizaron en 2018 mediante una iniciativa promulgada por el entonces presidente Michel Temer. La situación posterior ha activado recientemente las alarmas. Numerosos adictos han compartido en las redes sociales sus penurias.
Distintos reportajes en la prensa han narrado las historias de personas que perdieron grandes sumas.
El 1 de octubre, el ministerio de economía impidió que más de 2.000 compañías de apuestas operaran en Brasil por no haber proporcionado todos los documentos requeridos. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva, gran aficionado al fútbol, dijo en una entrevista el 17 de octubre que cerrará todo el mercado en Brasil si las nuevas regulaciones de su administración —presentadas a finales de julio— no funcionan.
Y el Senado de Brasil abrió el 25 de octubre una investigación sobre las compañías de apuestas, centrándose en el crimen y la adicción.
“Hay evasión de impuestos, lavado de dinero del crimen organizado, uso de ‘influencers’ para engañar a la gente a fin de que apueste. Estas compañías necesitan ser auditadas”, consideró la senadora Soraya Thronicke, quien propuso la investigación, en declaraciones a periodistas en Brasilia.
Sérgio Peixoto, conductor de una aplicación de viajes compartidos en Río, es uno de los muchos brasileños de ingresos medios-bajos que han reducido sus gastos debido a la deuda de apuestas deportivas. La deuda actual de Peixoto asciende a 25.000 reales (4.400 dólares). Su ingreso mensual es cuatro veces menor que eso.
“Dejó de ser un juego, no era divertido. Solo quería recuperar el dinero, así que perdí aún más”, dijo Peixoto, de 26 años. “Podría haber invertido ese dinero. Seguramente me habría dado más beneficios.
Presión para apostar
La presión sobre las personas para que apuesten está en todas partes. Futbolistas actuales y retirados, incluidos Vinicius Júnior, Ronaldo Nazário y Roberto Rivellino, están entre las figuras que publicitan marcas locales y extranjeras. Todos los clubes de fútbol de primera división, salvo uno, tienen compañías de apuestas entre sus principales patrocinadores, con su nombre y logotipo estampados en su indumentaria.
Ha habido casos de niños y adolescentes que crean cuentas usando la información personal y el dinero de sus padres, según han informado varios medios locales.
El ministerio de economía de Brasil estima que el mercado de apuestas deportivas en el país asciende a 21.000 millones de dólares en transacciones el año pasado, un aumento del 71 % en comparación con el primer año de la pandemia, 2020.
Las nuevas regulaciones presentadas por el ministerio incluyen sistemas de reconocimiento facial para que los apostadores jueguen, la identificación de una sola cuenta bancaria para transacciones relacionadas con apuestas deportivas, nuevas medidas de protección contra hackers y el dominio autorizado por el gobierno, bet.br, que albergará todos los sitios de apuestas que son legales en Brasil.
Una vez que las medidas estén en su lugar, alrededor de enero, entre 100 y 150 compañías de apuestas continuarán operando en la nación sudamericana.
Los cambios en Brasil han llevado a algunas compañías a tomar medidas preventivas. Un informe de Yield Sec, una plataforma de inteligencia técnica para mercados en línea, indica que varias compañías de apuestas restringieron voluntariamente sus operaciones en diferentes lugares después de las últimas ediciones de la Eurocopa y la Copa América con la esperanza de presentar “la mejor cara posible al solicitar licencia a las autoridades brasileñas”.
Magnho José Santos de Sousa, presidente del Instituto de Juego Legal, un grupo de reflexión sobre apuestas, dijo que Brasil está actualmente “invadido por sitios Web ilegales que tienen licencias en Malta, Curazao, Gibraltar y el Reino Unido”.
De Sousa expresó la esperanza de que las nuevas disposiciones para la publicidad, el juego responsable y la evaluación de las compañías de apuestas deportivas transformen el ámbito desregulado del país en uno más serio que no explote a los vulnerables.
“La operación completa podría convertirse de agua en vino”, dijo.
Jugadores Anónimos, una ayuda muy solicitada
Mientras tanto, la demanda de ayuda del grupo de Jugadores Anónimos en Sao Paulo ha crecido tanto en los últimos años que la reunión semanal, establecida desde la década de 1990, ya no era suficiente. Muchos grupos han agregado un segundo día en la semana para ayudar a nuevas personas a recuperarse, principalmente apostadores deportivos.
A principios de octubre, un grupo en el extremo norte de Sao Paulo admitió a un hombre que estaba sufriendo por la adicción a las apuestas deportivas y juegos de naipes. Las otras 13 personas en la sala enfatizaron que él no estaba solo.
“Bienvenido”, dijo un asistente que colabora desde hace años con el grupo, en un saludo que se ha vuelto regular para la asociación. “Hoy, eres la persona más importante aquí”.
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