La Administración de Drogas y Alimentos (FDA) estadounidense incorporó en una aprobación de emergencia de respiradores artificiales, un modelo de dichos aparatos que fue diseñado por la Agencia Nacional de Administración Espacial (NASA, por sus siglas en inglés).
El aparato fue agregado a una lista de “respiradores, conectores de tuberías de respiradores y accesorios de respiradores” autorizada de emergencia ante “las preocupaciones sobre el insuficiente suministro y disponibilidad de ventiladores aprobados por la FDA para su uso en la atención médica de pacientes durante la pandemia del coronavirus”, informó en un comunicado la FDA.
“Combatir el virus y tratar a los pacientes durante esta pandemia global sin precedentes requiere de enfoques innovadores y de acción”, dijo Stephen Hahn, comisionado de la FDA en su comunicado. “También requiere de la participación de todos, como lo demostraron los ingenieros de NASA, que usaron su experiencia en diseño de aeronaves para diseñar un respirador artificial a la medida de pacientes de coronavirus sumamente enfermos”.
Según Hahn, la aprobación de los respiradores artificiales “aumentará la disponibilidad de estos aparatos médicos salvadores de vidas. La FDA continuará agregando productos a esta autorización de uso de emergencia, según vea apropiado durante esta pandemia, para facilitar un aumento del inventario de respiradores”.
El modelo diseñado por los ingenieros de la NASA usa componentes distintos a los que usan otros modelos comerciales, por lo que su fabricación no afectará la cadena de suministro de los respiradores que ya se usan en los hospitales.
Este respirador fue diseñado para una duración de entre tres y cuatro meses, y fue concebido teniendo en mente a pacientes de coronavirus con dificultades respiratorias severas.
La aparente escasez de respiradores artificiales en los hospitales de Estados Unidos ha sido uno de los puntos por los que se ha criticado a la administración del presidente Donald Trump, quien en marzo cuestionó los llamados del gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, que advirtió que se necesitarían miles de respiradores artificiales solo para su estado.