A pesar del aumento de la tensión política entre España y Venezuela, que incluso llevó a nombrar persona “non grata” al jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, el gobierno español insiste que no tiene la intención de romper relaciones con el país sudamericano ni es su propósito “seguir esta escalada”.
Así anunció el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, quien destacó durante su presentación en un foro económico en Madrid que su país busca la "estabilidad democrática y prosperidad económica" para Venezuela.
Sobre las declaraciones y acusaciones del presidente Maduro, el gobierno español manifestó en un comunicado que "son especialmente intolerables las afirmaciones sobre un supuesto apoyo a actividades terroristas, que resultan particularmente ofensivas para un país como España que ha sufrido durante muchos años la lacra del terrorismo", afirmó después su ministerio en un comunicado.
Por su parte García-Margallo insistió que la política exterior frente a Venezuela sea una política de Estado que considera que la salida a la situación que atraviesa el gobierno de Nicolás Maduro debe realizarse "dentro de las instituciones y no fuera", que las elecciones deben hacerse "como estaba previsto" antes de final de año y que el protagonismo en la mediación le corresponde a la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), de la que Venezuela forma parte.