Bruno Mars fue el gran ganador el domingo por la noche en la Sexagésima entrega anual de los premios Grammy en Nueva York, al ganar los seis premios a los que estaba nominado por su enérgico y animado álbum de R&B inspirado en los 90 "24K Magic".
Mars se alzó con los premios a la mejor grabación del año por el tema homónimo del disco, y canción del año por su éxito No. 1 "That's What I Like", —derrotando al éxito de Luis Fonsi “Despacito”— y con su triunfo por el mejor álbum del año, negó a los raperos Kendrick Lamar y Jay-Z el honor de convertirse en el primer artista de hip-hop en 14 años en conquistar ese preciado galardón.
Al aceptar el premio por "24K Magic", Mars dijo que las canciones del álbum fueron "escritas con amor" y que simplemente "quería que todos bailaran" con las canciones del álbum.
Mars también se unió a la extravagante rapera revelación Cardi B en el escenario el domingo para interpretar su éxito “Finesse”.
En contraste con Cardi B, Pink se presentó sola en el escenario, vestida con jeans y una camiseta, para cantar su nueva canción "Wild Hearts Can not Be Broken".
Pink fue nominada el domingo como solista por "What About Us", pero ese premio fue para Ed Sheeran por "Shape of You".
El programa de este año fue presentado por el anfitrión de la TV y músico James Corden.
Lamar inauguró la ceremonia de los Grammy con una poderosa y emotiva actuación que incluyó pantallas de video al fondo con una imagen de la bandera de Estados Unidos ondeando, mientras bailarines vestidos de soldados marchaban detrás de él. Fue acompañado por Bono y The Edge de U2, y por Dave Chappelle, quien hizo chistes en medio del número musical.
En un momento, bailarines vestidos de rojo fueron derribados mientras él rapeaba, volviendo después a la vida mientras ardían llamas de fuego en el número de seis minutos.
Los latinos
En tanto, la colombiana Shakira se quedó con el premio a álbum de pop latino con “El Dorado”, relegando a su compatriota Juanes y a la mexicana Natalia Lafourcade entre otros.
Luis Fonsi y Daddy Yankee pusieron a bailar al Madison Square Garden con su megaéxito "Despacito", que estaba nominado a canción y grabación del año, además de mejor interpretación pop de un dúo o grupo. Acompañados por un gran cuerpo de baile, y con una breve participación de la ex Miss Universo puertorriqueña Zuleyka Rivera, la estrella de su video, los astros boricuas encendieron el Madison Square Garden, donde algunos miembros de la audiencia los filmaron con sus celulares mientras cantaban desde sus asientos.
"No nos vamos con las manos vacías esta noche. Romper la barrera del idioma y unir al mundo con una canción es el mejor premio que uno puede ganar", dijo Fonsi al terminar la velada en su cuenta de Instagram. "Sigamos compartiendo nuestra cultura y nuestra música latina con el mundo entero. Gracias por apoyarnos, esto es solo el comienzo".
Y si la de ellos fue la actuación más animada, la más emotiva fue sin duda la de Kesha, quien ofreció una interpretación apasionada del tema nominado "Praying" con la ayuda de mujeres poderosas detrás de ella, incluyendo del coro Resistance Revival.
La acompañaron en el escenario Cyndi Lauper, Camila Cabello, Julia Michaels, Andra Day y Bebe Rexha. Vestidas todas de blanco, se ganaron al público y se abrazaron al final de la canción mientras algunos miembros de la audiencia se secaban las lágrimas, incluida Hailee Steinfeld.
Kesha, quien recibió sus primeras dos nominaciones al Grammy este año, ha estado en una batalla legal con su ex productor y mentor Dr. Luke. Janelle Monae presentó la actuación con unas fuertes palabras.
"Venimos en paz pero hablamos en serio. A aquellos que se atreven a tratar de silenciarnos, les ofrezco estas palabras: se les acabó el tiempo", dijo Monae. "No solo está sucediendo en Hollywood. No solo está sucediendo en Washington. Está sucediendo aquí en nuestra industria también”.
Las Vegas y #MeToo
Antes de la actuación, Maren Morris, Eric Church y Brothers Osborne entonaron una emocionante versión de "Tears In Heaven" de Eric Clapton - escrita tras la muerte de su hijo - en honor a las 58 personas que murieron en el festival Route 91 Harvest en Las Vegas el año pasado. Los nombres de las víctimas se proyectaron tras ellos mientras cantaban.
Esos fueron dos de los momentos más serios de la gala. Docenas de artistas y trabajadores de la industria de la música también portaron rosas blancas en apoyo de los movimientos Time's Up y #MeToo contra el acoso y el abuso sexual.
"El negro es hermoso, el odio es horrible", dijo el rapero Logic en el escenario tras interpretar su tema para la prevención del suicidio "1-800-273-8255". La actuación, también con Alessia Cara y Khalid, incluyó a un grupo de sobrevivientes de intento de suicidio o personas afectadas por el mismo seleccionados por la Línea Nacional de Prevención del Suicidio.
Kendrick Lamar, de 30 años, reconocido como uno de los raperos más innovadores de su generación, ganó cinco premios mayormente en categorías de rap por su álbum “DAMN” y su sencillo “Humble”.
Los "dreamers"
Sting ofreció un toque político con su canción de 1987 "Englishman in New York", que dice "Oh, soy un extranjero, soy un extranjero legal, soy un inglés en Nueva York". Pero fue Camila Cabello quien hizo una fuerte declaración al abogar por los "dreamers" y declararse "una orgullosa inmigrante cubana-mexicana nacida en el este de La Habana".
"Estoy aquí en este escenario esta noche porque, al igual que los dreamers, mis padres me trajeron a este país sin nada más en sus bolsillos que esperanza. Me enseñaron a trabajar el doble de duro y a nunca rendirme. Y honestamente ninguna parte de mi recorrido es distinta a la de ellos", dijo la intérprete del megaéxito "Havana", que alcanzó esta semana el No. 1 del Hot 100 de Billboard. "Todo lo que sé es que, igual que los sueños, estos niños no pueden ser olvidados y merecen que luchemos por ellos".