Traumatizados haitianos han pasado la noche en las calles de Puerto Príncipe, la capital del país, por temor a las réplicas sísmicas, tras el terremoto de magnitud 7 en la escala de Richter que dejó la mayor parte de la ciudad en ruinas, el martes.
Se teme que decenas de miles de personas han muerto y decenas más están atrapadas bajo los escombros.
Aviones de carga comenzaron a llegar la noche del miércoles al aeropuerto, llevando equipos de rescate y suministros de Estados Unidos, Brasil, Islandia y otros países.
Los hospitales en Haití tratan de ayudar a la cantidad de heridos del terremoto.
Las calles se han convertido en morgues improvisadas con los afligidos sobrevivientes alineando las calles con los cadáveres recuperados.
El Palacio Nacional, junto con el principal hospital de Puerto Príncipe, una prisión y la sede de la Misión de las Naciones Unidas en Haití, MINUSTAH, están entre los miles de edificios que colapsaron, causando un número de muertos que podría tomar semanas estimar el total.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon confirmó la muerte de 16 funcionarios de la ONU que trabajaban en Haití y por lo menos otros 150 están desaparecidos.
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