La tormenta Hermine, ahora descrita por el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos, como un ciclón post-tropical, continúa moviéndose a cientos de kilómetros de la costa de New Jersey, Nueva York y Massachusetts, pero sigue siendo una amenaza aunque de menor envergadura.
“No esperamos que toque tierra”, dijo Dennis Feltgen del NHC, que sin embargo aclaró que se espera que la tormenta se detenga antes de debilitarse nuevamente.
Los gobernadores de los estados que todavía pueden ser afectados anunciaron preparaciones de emergencia en caso de inundaciones, mareas más fuertes que lo normal y erosión en las playas, pero se esperan que estos sean problemas relativamente menores.
Hermine cruzó el Golfo de México y llegó como huracán categoría 1 a Florida el viernes pasado antes de debilitarse y virar hacia el mar frente a la costa este de Estados Unidos como tormenta tropical.
Las lluvias que se llegaron a esperar sobre Washington, Baltimore y Filadelfia durante el fin de semana a causa de Hermine, nunca se llegaron a dar, salvo en algunos lugares costeros.
La tormenta provocó dos muertes, una en Florida y otra en en Carolina del Norte.