Hombres armados atacaron el sábado el Ministerio de Comunicaciones en el centro de Kabul, interrumpiendo meses de relativa calma en la capital afgana en un evento que subraya las continuas amenazas a la seguridad pese a los esfuerzos por abrir conversaciones de paz con los talibanes.
El ataque comenzó poco antes del mediodía con una explosión en la entrada del edificio de varias plantas que alberga al ministerio en una concurrida zona comercial de la ciudad, seguida de disparos que se podían escuchar a varias cuadras.
"Vi a tres atacantes entrando al ministerio. Uno de ellos detonó sus explosivos", dijo Ahmad Zaki, un empleado del ministerio que estaba fuera del edificio mientras los combates continuaban.
El área cercana al edificio fue aislada por la policía cuando al menos tres atacantes enfrentaron a las fuerzas de seguridad, dijo un portavoz del Ministerio del Interior.
Las autoridades informaron que el edificio fue evacuado pero que destacaron que algunos atacantes estaban escondidos en una oficina de correos cercana.
A primera hora de la tarde, el portavoz de Interior dijo que al menos dos de los atacantes habían muerto y que ya no se escuchaban disparos. Sin embargo, no hubo confirmación de que el ataque hubiera terminado.
La explosión, que según los oficiales de seguridad parece haber sido causada por un terrorista suicida, se produjo cerca del fuertemente fortificado hotel Serena, uno de los pocos de Kabul que aún son utilizados por extranjeros.
Un portavoz del Ministerio de Salud dijo que seis heridos fueron trasladados a hospitales de Kabul y un funcionario de seguridad, que habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a dialogar con la prensa, sostuvo que al menos tres personas habían muerto.
No hubo ninguna demanda de responsabilidad por la operación, que marcó un retorno a los ataques urbanos que han sido una característica del conflicto afgano en los últimos años.
Los talibanes emitieron un comunicado negando que estuvieran detrás del hecho, el último de una serie de ataques militantes que han dejado cientos de muertos en Kabul en los últimos años.