El gobierno de Honduras logró la madrugada del jueves un acuerdo con transportistas de carga, cuya huelga había empezado a provocar desabastecimiento de combustibles, pero las protestas contra el presidente Juan Orlando Hernández, que han dejado dos muertos y varios heridos, continuaban en el país.
La noche del miércoles, fuertes disturbios y saqueos de negocios en Tegucigalpa y otras ciudades fueron reprimidos por militares con el saldo de dos personas fallecidas y 15 heridas de bala, dijo a Reuters Laura Schoenherr, portavoz de un hospital capitalino donde fueron atendidos.
"Acabamos de concluir una larga pero productiva reunión con los representantes del sector de transporte de carga y se ha llegado a acuerdos en los puntos más importantes que habían solicitado", dijo Hernández tras firmar el compromiso que dio por finalizado el paro que mantenían desde el lunes exigiendo un incremento de la tarifa que reciben.
Desde hace casi dos meses, los gremios de maestros y médicos se encuentran en pie de lucha contra la supuesta privatización de los servicios de educación y salud. Además, exigen la renuncia de Hernández, al que acusan de "usurpador" y de haberse reelegido en 2017 violentando la Constitución.
Ambos gremios han suspendido las labores en las escuelas públicas y los servicios de consulta externa en los hospitales mientras otros se han unido con quemas de neumáticos y bloqueos de vías generando inestabilidad política en la nación centroamericana.
A principios de junio, el gobierno del derechista Hernández derogó los dos decretos que, según organizaciones gremiales, alentaban la privatización de los servicios públicos de educación y salud.
Sin embargo, las protestas se reavivaron desde el martes cuando los policías antidisturbios se replegaron a su base en Tegucigalpa y dijeron que no seguirían reprimiendo a los manifestantes