Los manifestantes acampados en el centro de Hong Kong por quinto día consecutivo amenazan con expandir su campaña de desobediencia civil si el Jefe Ejecutivo del territorio no cumple con sus demandas de reformas democráticas.
En un corto comunicado, el grupo “Occupy Central” dijo que dijo que había establecido el 1 de octubre como fecha máxima para que el jefe ejecutivo, Leung Chun-ying, satisfaga sus demandas y dimita.
Hasta ahora, Leung no ha dado señales de estar echándose para atrás. En un discurso el martes, el jefe hizo un llamado a los líderes de Occupy Central de “cumplir con la promesa que han hecho a la sociedad” y parar inmediatamente las protestas, las cuales dijo “se han salido del control”.
Leung, designado por Beijing y profundamente impopular entre los habitantes de Hong Kong, dijo también que el gobierno comunista de China va a seguir con su decisión de presentar a un panel de candidatos aprobados desde la capital para las primeras elecciones directas en el territorio, previstas para 2017, añadiendo que no dimitirá antes de esa fecha.
Es la primera vez Leung habla desde el domingo, cuando la policía salió batones en mano a dispersar a los manifestantes pacíficos usando gas lacrimógeno y espray de pimienta.
Decenas de miles de manifestantes continúan acampando en por lo menos cuatro importantes vías alrededor de la ciudad, desafiando las demandas del gobierno de despejar las calles.
Muchos negocios, a lo largo de las rutas del metro y de buses, siguen cerradas debido a las protestas, lo que también ha puesto nerviosos a los inversionistas.
La bolsa de Hong Kong cayó un 1,3 por ciento el martes, luego de pérdidas de 1,9 el lunes, aumentando los temores de que las protestas vayan a tener un costo económico.
La Casa Blanca dijo el lunes que Estados Unidos sigue de cerca la situación en Hong Kong, y apoya la libertad de reunión y de expresión. Pidió a las autoridades mostrar mesura e hizo un llamado a los manifestantes a ser pacíficos.
Las protestas son las peores manifestaciones en Hong Kong desde que Beijín tomó el control de la otrora colonia británica en 1997.
