En Bolivia, el transporte público inició una huelga indefinida en rechazo al alza de hasta 83% en los precios de los combustibles.
La Central Obrera pide la anulación de la medida mientras las organizaciones sociales, como los maestros, iniciaron una serie de movilizaciones en contra del alza, que según el gobierno es irreversible.
La Central Obrera Boliviana, aliada del gobierno de Evo Morales, decidió pedir la abrogación o anulación del incremento del precio de la gasolina y diesel.
Según el dirigente de la COB, Pedro Montes, se trata del mayor incremento de precios de los carburantes en los últimos diez años.
Al pedido se suma Juan del Granado, jefe del opositor partido “Movimiento Sin Miedo”, quien pidió la abrogación del decreto del gasolinazo dispuesto por el gobierno.
Pero las críticas no se hicieron esperar, el opositor gobernador del departamento de Santa Cruz, Rubén Costas, calificó el incremento como una medida despiadada y pidió su revisión. Por su parte, el presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia dijo que se trata de una medida “oportunista”.
Sin embargo, la analista política, Ximena Costa, reconoció que si bien la medida era necesaria, la medida afectará a todos los bolivianos.
Mientras tanto, los ministros de Estado desplazados por todo el país se encargaron de justificar el incremento de precios de la gasolina y el diesel asegurando que se trata de una medida irreversible y que el precio de las tarifas para el transporte público podría ser del 20 por ciento. También reiteraron que el incremento salarial será superior al índice inflacionario que inicialmente se calcula en no más del 6 por ciento.
