Dos infantes de marina y veteranos de guerra estadounidenses cambiaron sus uniformes por un par de trajes y se convirtieron en importadores de vinos uruguayos, una osada movida empresarial que llevó dos años de trámites, trabajo y varias copas de por medio.
Todo comenzó en 2008, cuando estos hombres entrenados para la batalla se dejaron ablandar por el Medio y Medio –un típico vino uruguayo que mezcla vino blanco seco con vino espumoso dulce-.
Estaban en Uruguay para supervisar a los oficiales a cargo de la seguridad interna de las embajadas estadounidenses, un trabajo que los llevó a recorrer buena parte de América Latina. Pero fue en este pequeño país sudamericano sin grandes riquezas naturales como oro y petróleo que descubrieron lo que describen como una “joya escondida”.
“Realmente creo que los vinos uruguayos se convertirán en la próxima ‘gran novedad’ como los vinos argentinos y los chilenos”, dijo a voanoticias.com Ed Donahoo, de 30 años. “Cuanto más investigo sobre el tema más me doy cuenta de que Uruguay está haciendo mejores vinos año a año, lo suficientemente buenos como para exportar”.
Con un detallado plan de negocios que hoy tiene 50 páginas, Donahoo dijo que el primer paso fue lograr un acuerdo con la bodega Bruzzone y Sciutto para importar una muestra de 100 botellas de Medio y Medio de Roldós, la bebida emblemática de este bar ubicado en el Mercado del Puerto de Montevideo.
De Montevideo a Fort Lauderdale
Las botellas viajaron desde la capital uruguaya a Fort Lauderdale, en el sur de Florida, y fueron todo un éxito, aseguró Donahoo. “Hicimos catas y encuestas y según los resultados a las personas les encantó el Medio y Medio”.
Una buena noticia para Donahoo y su socio –el también infante de marina Danny James-, ya que sabían que esta célebre bebida era muy difícil de encontrar en el sur de Florida.
El próximo paso era convertir su sueño en una empresa.
“Me ayudó mucho el hecho de ser un infante de marina”, dijo Donahoo. “No podría haber hecho esto sin mi entrenamiento militar”. Una observación llamativa a primera vista. ¿Los empresarios deberían ir al Ejército antes de conseguir un MBA? Si van a importar productos, quizá sí.
“Al ser un infante de marina, no me sentía intimidado por la burocracia. Fui entrenado y aprendí a lidiar con todo tipo de cosas. Fui enviado tres veces a Irak con muchas responsabilidades sobre mis hombros. Montar esta empresa fue fácil. Sí, fue difícil manejar los papeleos y a veces la burocracia era demasiada. Pero nunca pensé en desistir”.
Tras dos años, Donahoo y su socio recibieron su primera importación en noviembre de 2010: entre 6.000 y 7.000 botellas de vinos uruguayos. No todas son de Medio y Medio. También importaron otros tipos de vinos como el Tannat de bodegas como Castillo Viejo y Ariano Hermanos para venderlos a restaurantes y minoristas.
Y no sólo tienen vino para vender en Florida: también recibirán una importación de unas 6.000 botellas de Medio y Medio que un amigo de ellos distribuirá en Nueva York.
Ed Donahoo y Danny James no son los primeros en importar vinos uruguayos a Estados Unidos. Pero la diferencia es que los importan a gran escala.
“Lo que ocurre es que los distribuidores de vino generalmente tienen 100 tipos diferentes de vinos y quizá algunas cajas de Medio y Medio que llevan a un restaurante latinoamericano o a un local de dueños uruguayos en Miami y les dicen: ‘Mira, tengo una botella aquí, otra por allí’, explicó.
“Nosotros sólo tenemos tres o cuatro tipos de vinos que importamos y son todos de Uruguay. Nuestra prioridad son los vinos uruguayos y eso hace una gran diferencia”.
El objetivo de su empresa -Semper Fi Imports & Distribution- es dar a conocer los vinos uruguayos en Estados Unidos y conseguir derechos exclusivos de la bodega Bruzzone y Sciutto para vender Medio y Medio a nivel nacional en los próximos cinco años.
Sólo así, Donahoo y James se asegurarán de encontrar la bebida que tanto les gusta en todos los rincones del país para brindar por su éxito.