Los votantes en Gran Bretaña continúan acudiendo a las urnas para decidir si el país debe permanecer o abandonar la Unión Europea.
Las encuestas de opinión muestran que está será una decisión apretada y su resultado es, por el momento, incierto.
Hasta ahora la participación de los votantes es apreciable, culminando una amarga campaña que duró dos meses y que se centró en su mayor parte sobre la inmigración, un tema altamente sensible y divisivo en una nación cuya taza de inmigración se ha doblado desde el año 2000.
El primer ministro, David Cameron, que ha liderado la campaña a favor de continuar en la UE, emitió su voto a eso de las 9:00 a.m. y lanzó su invitación final a los votantes indecisos.
“Somos más fuertes, estamos mejor en una Unión Europea reformada”, les dijo.
El primer ministro y otros oponentes a la salida –bautizada como Brexit, por la mezcla de los términos “Britain” y “Exit” en inglés—argumentan que la economía británica se vería seriamente afectada si se abandona el bloque de 28 naciones.
Alberto Bernal, experto en temas de economía y finanzas internacionales, analizó en entrevista con la Voz de América los alcances de este tema afirmando que una salida de Gran Bretaña de la Unión Europea tendrá serias consecuencias.
Más o menos la mitad de la compra y venta de productos de Gran Bretaña es hacia la Unión Europea y el centro financiero de la región está en Londres.
Si los votantes deciden salirse de la UE, Cameron podría perder su mandato y probablemente se vería obligado a renunciar, aunque él a ha dicho que no lo hará.
Los proponentes del Brexit defienden que solo abandonar el bloque puede devolver el poder al Parlamento y el control sobre la emigración.
Los centros de votación permanecerán abiertos hasta las 10:00 p.m. y los resultados se esperan en la madrugada del viernes.
Colaboración con la entrevista de Gioconda Tapia Reynolds