Las promesa del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de deportar a millones de inmigrantes indocumentados y la de volver a imponer “la ley y el orden” en el país podría ser beneficioso para la industria carcelaria privada.
La nominación del senador por Alabama, Jeff Sessions, como secretario de Justicia y la consideración de otras figuras antinmigrantes de línea dura para cargos clave, también parece estar ayudando.
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Trump dijo durante su campaña que el sistema penitenciario del país era un desastre y mostró su respaldo a las prisiones privadas.
"Creo que podemos hacer muchas privatizaciones y prisiones privadas. Parece que funcionan mucho mejor", dijo Trump a la televisora MSNBC en marzo, aunque no ofreció detalles sobre lo que podría significar esto para el sistema federal de prisiones.
Como consecuencia, un día después de las elecciones, CoreCivic Co. —antes Corrections Corporation of America— registró su mayor ganancia en la Bolsa de Nueva York con un incremento del 43% en el valor de sus acciones.
Los títulos de Geo Group, otra empresa privada de prisiones, ganaron un 21%.
La apuesta es que la población carcelaria podría crecer durante el gobierno de Trump, y revertir la tendencia decreciente que durante casi una década del gobierno de Barack Obama experimentaron las prisiones federales.
El mercado de valores parece estar de acuerdo.
Centros de ICE
El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas retiene a 34.000 migrantes que están a la espera de deportación. Cuarenta y seis de las casi 180 instalaciones en las que el ICE detiene a los migrantes son de gestión privada y alrededor del 73% de los detenidos lo están en centros privados, según el departamento.
"Trump dijo durante su plan de 100 días que los mínimos obligatorios para que las personas reingresen al país se fijaría en dos años - esto va a crear una necesidad de camas en el largo plazo", apuntó Michael Kodesch, de la firma de servicios financieros Canaccord Genuity Inc.
Los centros de detención para migrantes son especialmente beneficiosos para empresas de prisiones privadas porque tienen una tarifa más alta por cada reo, agregó.
Con todo, lo que es bueno para los inversionistas no lo es para el país, explicó Bob Libal, director ejecutivo de Grassroots Leadership, una ONG que trabaja para reducir la tasa de encarcelación y detención.
"Le están dando las llaves de una máquina de deportación al gobierno de Trump", dijo Libal. "Y creo que no hay razón para creer que el gobierno de Trump no conducirá esa máquina a través de las protecciones de derechos humanos o los procesos que protegen a las personas en el sistema de detención".