El saliente presidente chino, Hu Jintao, advirtió que la corrupción podría ser fatal para la permanencia del Partido Comunista en el poder.
Sus comentarios fueron hechos en la apertura de un importante congreso que dará paso a una nueva generación de líderes chinos.
“Oponerse a la corrupción y crear un gobierno honesto y limpio es una clara posición a la que el partido se ha adherido y es un importante tema político al que la gente ha estado prestando atención”, dijo Jintao. “Si no manejamos bien este asunto, podría ser fatal para el partido, y aun causar el colapso del partido y la caída del estado”, advirtió el líder saliente.
El presidente Hu, hablando a más de 2.000 delegados en el Gran Salón del Pueblo, en Beijing, dijo que el partido debe asegurarse que todos sean iguales ante la ley.
Hu no mencionó al destituido influyente político Bo Xilai, quien ha sido acusado de aceptar masivos sobornos y encubrir el involucramiento de su esposa en el asesinato de un empresario británico. El caso ha expuesto corrupción a alto nivel y ha revelado profundas diferencias en el Partido Comunista chino.
Durante el décimo octavo congreso que durará una semana, se anticipa que Hu renuncie como jefe del partido y entregue la posición al vicepresidente Xi Jinping, quien asumirá como presidente en marzo.
Los nuevos líderes chinos enfrentarán una ira pública sin precedentes por el empeoramiento de la corrupción oficial y una brecha más grande entre los ricos y los pobres.
Sus comentarios fueron hechos en la apertura de un importante congreso que dará paso a una nueva generación de líderes chinos.
“Oponerse a la corrupción y crear un gobierno honesto y limpio es una clara posición a la que el partido se ha adherido y es un importante tema político al que la gente ha estado prestando atención”, dijo Jintao. “Si no manejamos bien este asunto, podría ser fatal para el partido, y aun causar el colapso del partido y la caída del estado”, advirtió el líder saliente.
El presidente Hu, hablando a más de 2.000 delegados en el Gran Salón del Pueblo, en Beijing, dijo que el partido debe asegurarse que todos sean iguales ante la ley.
Hu no mencionó al destituido influyente político Bo Xilai, quien ha sido acusado de aceptar masivos sobornos y encubrir el involucramiento de su esposa en el asesinato de un empresario británico. El caso ha expuesto corrupción a alto nivel y ha revelado profundas diferencias en el Partido Comunista chino.
Durante el décimo octavo congreso que durará una semana, se anticipa que Hu renuncie como jefe del partido y entregue la posición al vicepresidente Xi Jinping, quien asumirá como presidente en marzo.
Los nuevos líderes chinos enfrentarán una ira pública sin precedentes por el empeoramiento de la corrupción oficial y una brecha más grande entre los ricos y los pobres.