El papa Benedicto XVI pidió a sus obispos en el mundo que busquen la manera de hacer regresar a los católicos que han abandonado la Iglesia, durante la inauguración de un encuentro de tres semanas para dar nuevo vigor a la misión evangelizadora.
Unos 49 cardenales, siete patriarcas de Iglesias católicas de rito oriental, 71 arzobispos, 120 obispos y varios centenares de sacerdotes de todo el mundo se congregaron en Roma para el sínodo, convocado para dar ímpetu a los esfuerzos del papa para reevangelizar partes del mundo donde el catolicismo ha perdido terreno.
La misa con que se inauguró el evento fue acompañada también por miles de personas en la plaza de San Pedro.
La llamada "nueva evangelización" es prioridad para Benedicto XVI, quien constantemente se lamenta de cómo las culturas en Europa y Occidente, que alguna vez fueron profundamente cristianas, se han vuelto cada vez más seculares.
"Está clara la relación entre la crisis en la fe y la crisis en el matrimonio", declaró el Sumo Pontífice.
Pero la Iglesia Católica también ha sufrido por la competencia de iglesias protestantes en Latinoamérica, la discordia de los católicos que se oponen a las enseñanzas de la iglesia en homosexualidad y las deserciones de católicos en Estados Unidos y Europa alimentadas por años de escándalos de abuso sexual.
Unos 49 cardenales, siete patriarcas de Iglesias católicas de rito oriental, 71 arzobispos, 120 obispos y varios centenares de sacerdotes de todo el mundo se congregaron en Roma para el sínodo, convocado para dar ímpetu a los esfuerzos del papa para reevangelizar partes del mundo donde el catolicismo ha perdido terreno.
La misa con que se inauguró el evento fue acompañada también por miles de personas en la plaza de San Pedro.
La llamada "nueva evangelización" es prioridad para Benedicto XVI, quien constantemente se lamenta de cómo las culturas en Europa y Occidente, que alguna vez fueron profundamente cristianas, se han vuelto cada vez más seculares.
"Está clara la relación entre la crisis en la fe y la crisis en el matrimonio", declaró el Sumo Pontífice.
Pero la Iglesia Católica también ha sufrido por la competencia de iglesias protestantes en Latinoamérica, la discordia de los católicos que se oponen a las enseñanzas de la iglesia en homosexualidad y las deserciones de católicos en Estados Unidos y Europa alimentadas por años de escándalos de abuso sexual.