Elementos extranjeros, incluyendo yijadis, operan en Siria, según confirmó este lunes un panel independiente de la ONU dirigido por el profesor brasileño Sergio Pinheiro, expresidente de la CIDH.
La comisión confirmó "la presencia creciente de elementos extranjeros, incluyendo militantes yijadistas, en Siria. Algunos se unen a las fuerzas antigubernamentales mientras que otros establecen sus propios grupos para actuar de forma independiente".
Pinheiro, le dijo a diplomáticos en Ginebra que "esos elementos tienden a empujar a los combatientes anti-gobierno hacia posiciones más radicales". Se refirió a los extranjeros como "terroristas", aunque esa palabra no apareció en el reporte escrito.
El embajador sirio en la ONU Faisal Al-Hamui, estuvo de acuerdo con las conclusiones generales del informe, pero aseguró que la presencia extranjera en Siria responde más bien a un plan preconcebido para producir la fragmentación de Oriente Medio y satisfacer los intereses de EE.UU. e Israel.
Según el embajador, estos terroristas proceden de un total de 17 países y son financiados por "el dinero del petróleo y el gas" de países como Estados Unidos, Arabia Saudí, Qatar y Turquía.
Al-Hamui criticó a la comisión por describir, pero no condenar, el impacto de las sanciones económicas en la población civil y por indicar que los crímenes cometidos por los grupos armados de oposición no tienen un carácter sistemático.
El panel acusó al gobierno y la milicia progobierno shabiha de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, incluyendo asesinatos, ejecuciones sumarias, torturas, arrestos, violencia sexual y abuso de niños. Acusó además a grupos armados opositores de crímenes de guerra como tortura, asesinato y ejecuciones sumarias.
La comisión confirmó "la presencia creciente de elementos extranjeros, incluyendo militantes yijadistas, en Siria. Algunos se unen a las fuerzas antigubernamentales mientras que otros establecen sus propios grupos para actuar de forma independiente".
Pinheiro, le dijo a diplomáticos en Ginebra que "esos elementos tienden a empujar a los combatientes anti-gobierno hacia posiciones más radicales". Se refirió a los extranjeros como "terroristas", aunque esa palabra no apareció en el reporte escrito.
El embajador sirio en la ONU Faisal Al-Hamui, estuvo de acuerdo con las conclusiones generales del informe, pero aseguró que la presencia extranjera en Siria responde más bien a un plan preconcebido para producir la fragmentación de Oriente Medio y satisfacer los intereses de EE.UU. e Israel.
Según el embajador, estos terroristas proceden de un total de 17 países y son financiados por "el dinero del petróleo y el gas" de países como Estados Unidos, Arabia Saudí, Qatar y Turquía.
Al-Hamui criticó a la comisión por describir, pero no condenar, el impacto de las sanciones económicas en la población civil y por indicar que los crímenes cometidos por los grupos armados de oposición no tienen un carácter sistemático.
El panel acusó al gobierno y la milicia progobierno shabiha de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, incluyendo asesinatos, ejecuciones sumarias, torturas, arrestos, violencia sexual y abuso de niños. Acusó además a grupos armados opositores de crímenes de guerra como tortura, asesinato y ejecuciones sumarias.