Cinco muertos, 10.000 rescates y unos 20.000 desplazados son el resultado de fuertes inundaciones en el sureño estado de Luisiana, donde los ríos se han desbordado luego de cinco días de lluvias.
El gobierno federal declaró algunas regiones como zona de desastre, especialmente las parroquias de Tangipahoa, Santa Elena, Livingston y Baton Rouge, esta ultima una de las más afectadas.
Helicópteros de la policía estatal llevaron alimentos y bebidas a cientos de motoristas atrapados durante más de 24 horas en una autopista inundada cerca de Baton Rouge.
El presidente Barack Obama llamó el domingo al gobernador John Bel Edwards para asegurarle que cuenta con el apoyo y las oraciones de los estadounidenses para recuperar la zona.
El sistema de baja presión que provocó las inundaciones se ha debilitado y movido a Texas, pero el Servicio Meteorológico Nacional advierte que sigue habiendo peligro de nuevas inundaciones porque los ríos continúan creciendo en su camino hacia el Golfo de México.
Partes del área han recibido hasta 25 pulgadas de lluvia desde el viernes y si bien el clima mejoró el domingo, se espera que las inundaciones continúen durante varios días mas