Un inventor francés entusiasta de la aviación inició el cruce del Canal de la Mancha en un aerodeslizador de fabricación casera, pero su intento acabó con un chapuzón en el mar.
En absoluto desanimado, Franky Zapata ya estaba haciendo planes para un nuevo intento.
Tras preparativos minuciosos, Zapata despegó de la localidad de Sangatte, en la costa de Francia, anclado a la pequeña plataforma voladora que él mismo diseñó.
Luego de despegar, desde lejos parecía que estaba patinando en el cielo.
Sin embargo, a mitad de trayecto, durante una escala para repostar combustible, la plataforma en la que debía aterrizar se movía en exceso debido al oleaje. Por eso no pudo aferrarse a ella y cayó al mar, dijo Christelle, su esposa.
Lo rescataron buzos franceses y se encuentra bien, dijo a The Associated Press.
“Son la clase de cosas que pueden suceder”, dijo. No se trató de un desastre total, ya que recorrió más kilómetros y a mayor velocidad de lo previsto, añadió.
“Volverá a hacerlo”, dijo. “Jamás se rinde después de un fracaso”.
El inventor esperaba cruzar los 36 kilómetros (22,4 millas) de distancia hasta la zona de Dover, en el sureste de Inglaterra, en unos 20 minutos. Llevaba una mochila con queroseno y tenía previsto repostar combustible desde un barco en el lado británico del canal.
Zapata, de 40 años, asombró a la multitud parisina en el Día de la Bastilla, cuando voló en su aerodeslizador por encima de los líderes europeos, pero el cruce sobre el canal, donde suele haber fuertes vientos y un gran tránsito marítimo, era un desafío mucho más complicado.
El vuelo se realizó el jueves para que coincidiera con el 110 aniversario del primer vuelo sobre el canal, realizado por el aviador francés Louis Bleriot el 25 de julio de 1909. Bleriot, que también partió de Sangatte, fracasó varias veces antes de lograrlo.