Expertos de nueve países planean recopilar y combinar sonidos de animales acuáticos para una biblioteca global. Científicos en Australia creen que un coro submarino de mamíferos, peces y algunos invertebrados les ayudará a medir la salud de los ecosistemas marinos.
Las canciones de las focas barbudas y el "boing" de una ballena minke son parte de una colección global que un equipo de investigadores internacionales está reuniendo por primera vez.
Las muestras se encuentran almacenadas en las bibliotecas individuales de varias instituciones, pero nunca antes habían sido recopiladas en una sola colección.
Se cree que todos los mamíferos marinos, incluida la ballena jorobada, emiten sonidos, junto con muchos peces e invertebrados. Un nuevo banco de datos pretende utilizar estos registros para medir la biodiversidad y la salud de los ecosistemas.
Miles Parsons, investigador del Instituto Australiano de Ciencias Marinas y autor principal de un informe sobre el banco de datos, dice que los sonidos de los animales pueden indicar la salud de un ecosistema.
“Cuando se habla de cosas como paisajes sonoros, se ha realizado mucho trabajo recientemente para descubrir las características acústicas de un paisaje sonoro para poder identificar el tipo de hábitat que es e incluso comenzar a observar la calidad del mismo. Recientemente se han realizado algunos trabajos en los que se ha analizado la diferencia entre los arrecifes de coral degradados y los arrecifes de coral sanos y las diferencias en los paisajes sonoros que se tienen entre ellos. Hay muchas aplicaciones diferentes que puede obtener de esto, del monitoreo acústico pasivo”, dijo Parson.
El mulloway, por ejemplo, es uno de los peces más ruidosos del mundo. De las 34.000 especies conocidas de peces, solo se han documentado los sonidos de 1.000.
Los investigadores utilizan hidrófonos oceánicos muy sofisticados, o micrófonos submarinos, para grabar sonidos. Los buzos aficionados han usado cámaras subacuáticas para registrar los chirridos y gemidos de la vida marina, y envían sus hallazgos a los académicos.
Y, según los informes, algunas aves hacen ruidos bajo el agua.
Los científicos creen que la contaminación y el aumento de las temperaturas están cambiando la acústica submarina.
El artículo de investigación se publicó en la revista Frontiers in Ecology and Evolution y es una colaboración entre expertos de varios países, incluidos Gran Bretaña, China, Nueva Zelanda y Estados Unidos.
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