El primer ministro iraquí, Nouri al-Maliki, prometió luchar por un tercer mandato a pesar de la creciente presión para que renuncie.
En una declaración leída en la televisión estatal por un locutor, Maliki senaló que "nunca voy a renunciar a mi candidatura para el puesto de primer ministro”.
El cuestionado primer ministro se comprometió a permanecer en el cargo hasta que los militantes islámicos que han invadido grandes zonas del país sean derrotados.
La alianza de Maliki con sectores chiitas le permitió ganar las elecciones parlamentarias de abril pasado.
En ese momento era el favorito para ganar un tercer mandato en el poder, pero desde entonces militantes islámicos sunitas han capturado grandes áreas del norte y oeste de Irak, lo que ha provocado una grave crisis en el país.
El parlamento iraquí se reunió a principios de esta semana para tratar la crisis, pero no pudo ponerse de acuerdo en nombrar a un primer ministro que pueda unir a un país étnica y religiosamente dividido.
El principal clérigo chiíta del país, el ayatolá Ali al-Sistani, dijo el viernes que la incapacidad del parlamento para formar rápidamente un nuevo gobierno fue un "fracaso lamentable".