Irán recibió la reimposición de sanciones estadounidenses el lunes con ejercicios de defensa aérea y el reconocimiento del presidente Hasán Ruhani de que la nación enfrenta una "situación de guerra", elevando las tensiones en Medio Oriente ante la nueva estrategia de Washington frente a la República Islámica.
Las sanciones ponen fin a todos los beneficios económicos que Estados Unidos le concedió a Teherán a cambio de su acuerdo nuclear de 2015 con varias potencias mundiales, aunque por ahora Irán sigue apegándose al pacto que limitó su enriquecimiento de uranio.
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Por lo pronto las autoridades iraníes no han amenazado con reanudar un mayor enriquecimiento, pero en los últimos meses han dicho que en cualquier momento podrían incrementarlo a un ritmo más ágil que antes.
Las nuevas sanciones estadounidenses afectan especialmente a la vital industria petrolera iraní, una fuente crucial de divisas para su anémica economía. Su moneda se ha desplomado este año, lo que ha provocado una enorme alza en los precios de diversos artículos, desde celulares a medicinas.
"Hoy, Irán puede vender su petróleo y se venderá", afirmó Ruhani el lunes al arrancar las sanciones de Washington.
La televisión estatal iraní difundió tomas de sistemas de defensa aérea y baterías antiaéreas en maniobras militares de dos días que se llevan a cabo en un amplio sector del norte del país. En ellas, misiles tierra-aire derribaron un dron.