El pacto entre las potencias mundiales e Irán para limitar el programa nuclear iraní a cambio del levantamiento de sanciones cumplió un año de alcanzado, en medio de las suspicacias usuales.
Funcionarios gubernamentales de ambos bandos, pero particularmente de Irán y Estados Unidos, han comentado el acuerdo, que algunos ven con sospecha y otros con repulsión.
“Necesitamos continuar trabajando y así lo haremos”, dijo el jueves el secretario de Estado, John Kerry, quien señaló que Estados Unidos tiene ahora un embajador especialmente designado para ocuparse del día a día y dirigir los esfuerzos para que el acuerdo cumpla con las expectativas.
Desde Irán, el presidente Hassan Rouhani advirtió que si las potencias mundiales no cumplen con sus responsabilidades, entonces Irán está listo para restaurar su programa nuclear.
En Estados Unidos, varios congresistas quieren prohibir la compra de material nuclear a Irán y se quejan de que el gobierno de Obama ha cedido demasiado y demasiado pronto.
Irán resalta que a pesar de haberse levantado las sanciones que alguna vez impedían a las instituciones financieras a hacer negocios con el país, los bancos extranjeros siguen reticentes a realizar transacciones.
Kerry ve los resultados del pacto de manera optimista.
“Fundamentalmente creo que el mundo puede sentirse orgulloso de que esta complicada negociación multilateral produjo como resultado una región menos volátil y hace al mundo más seguro en términos de proliferación nuclear”, dijo.