Los votantes en Irán van a las urnas el viernes para elegir presidente.
El presidente Hassan Rouhani podría enfrentar un fuerte desafío de parte de los conservadores que han criticado la forma en que ha manejado la economía de Irán y el acuerdo nuclear que firmó con Occidente.
Rouhani confió su futuro político en el trascendental acuerdo nuclear, que llevó al alivio de las sanciones económicas contra Irán. Pero el principal desafiante de Rouhani, Ebrahim Raisi, ha criticado el acuerdo porque deja en efecto sanciones a los bancos y servicios financieros.
Rouhani es visto como favorito por los analistas políticos y en la pequeña cantidad de encuestas que se han realizado. El presidente iraní también tiene la historia de su lado, dado que todos los presidentes han ganado la reelección desde 1981.
Pero si Rouhani no logra una mayoría de votos el viernes entre los cuatro candidatos, la decisión pasará a una segunda ronda electoral entre los dos más votados.
El conservador de línea dura Raisi se ha postulado con una plataforma principalmente económica, prometiendo crear millones de trabajos y disminuir la tasa de desempleo del 12,7%. Raisi es visto por muchos como cercano al ayatolá Ali Khamenei, el líder supremo de Irán, aunque no ha apoyado a Raisi.
Bajo el actual sistema de gobierno iraní, que fue implementado después de la Revolución Islámica de 1979, todos los candidatos tienen que ser aprobados por un panel religioso antes de que puedan postularse para la presidencia. Aunque el líder supremo tiene la última palabra en las políticas de Estado en Irán, el presidente aún tiene considerable influencia en el gobierno.